Triunfar muriendo (Pedro Calderón de la Barca) Libros Clásicos

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¿Qué me quieres, viva sombra, que aun en el sacro distrito 970 de este alcázar no me dejas? Que veas que en él te sigo porque para mí no hay cerrado ningún retiro. ¡Oh, no dejaras siquiera 975 que gozara sin peligro la juventud de mis años en objetos tan distintos como la vida me ofrece! Pero en ellos divertido 980 daré al olvido tu asombro.
v.
967´Confir´ escrito sobre ´M´

v.
974tachado a comienzo de v. ´segura guarda´


Vuélvela las espaldas
PECADO La Muerte pone en olvido si
advertir cuánto está
ella y la llama vecinos. Pue
no desconfíe hasta ver
985 si vuelvo a él o me retiro...
[Retírase]
HOMBRE ¡Qué de pobladas ciudades, qué de hermosos edificios, qué de diversos comercios, qué de varios ejercicios 990 el uso de la razón divierten, desvanecido mi noble ser de mirarse de tantos aplausos digno!
A estos versos BAPTISMO y CONFIRMA­CIÓN se ponen las manos en los ojos. La MUERTE hace señas lla­mando al PECADO y él vuelve a acercarse al HOMBRE por delante de los dos
¡Qué heroica es la majestad! 995 ¡Quién ciñera sus invictos laureles, aunque comprara sus obsequios a homicidios! ¡Oh, en desiguales estados, si bienes y males miro, 1000 lo que me ofenden los pobres, lo que me agradan los ricos, con la opulencia en sus mesas, donde destilar envidio los ámbares en las aguas, 1005 los néctares en los vinos! Pero entre cuantos adornos hay en el mundo exquisitos, ¡qué hermosas son las mujeres! Los milagros son del siglo, 1010 la menos bella, es tan bella que me arrastra el albedrío porque acompaña lo airoso la soledad de lo lindo.
v.
986tachado a comienzo de v. ´si me acer´-

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