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Todos queremos tener una personalidad saludable. Cómo se mide la personalidad saludable? Cuáles son las medidas? La medida número uno es: Qué opinión tengo de mi mismo? La medida que se tiene de uno mismo es el corazón de la personalidad. Si la opinión es muy buena, la personalidad es saludable. Número dos: En la medida de la personalidad saludable es cuanta responsabilidad se acepta. Las personas que aceptan mucha responsabilidad, que se aceptan como creadores de sus destinos, que se abstienen de culpar a otras personas, tienen una personalidad muy saludable. Otra medida de la personalidad saludable es que tan fácilmente perdona. Sabemos que hay una relación directa, una relación muy estrecha entre que tan fácilmente perdona, cuando alguien nos hace daños y cuan saludable es la personalidad. La medida número cuatro de personalidad saludable se llama expectativa positiva, el grado en el que esperamos algo bueno de todo y todos los que nos rodea, la gente que tiene tendencia a buscar cosas buenas, son personas realmente saludables.
La quinta medida de la personalidad saludable, es que tan bien nos llevamos con otros. La verdad es que no se puede tener una personalidad saludable, aislada de nuestras relaciones con otros seres humanos. Y es maravilloso, hay una ley de reciprocidad aquí, mientras mejor se ve a uno mismo, mejor ve a los demás, mientras más responsabilidad se acepte, más se obtiene, mientras más fácil se perdone y se deseche rencores, más mejores son nuestras relaciones, mientras mejores cosas se busquen en personas y situaciones, mejor nos llevamos con otras personas y mientras mejor nos llevemos con otras personas, sorpresa, sorpresa, mejor nos vemos nosotros. Es una maravillosa serie de relaciones recíprocas. Y eso nos lleva a una importante ley del esfuerzo indirecto, que dice que en nuestras relaciones con otras personas por lo general obtenemos lo que queremos más rápido indirectamente, que directamente. Y les doy un sencillo ejemplo: Si tratamos de conseguir cosas directamente en nuestras relaciones, nos frustramos, somos humillados, nos avergonzamos, etc. Hay algunos ejemplos: Cuando queremos impresionar a otra persona que pensamos que es importante o valiosa y queremos impresionarla, hacemos al fin exactamente lo contrario, la forma de impresionar a una persona es dejándose impresionar por ella.