Las amistades peligrosas (Choderlos de Laclos) Libros Clásicos

Página 1 de 316

LAS AMISTADES PELIGROSAS

CHODERLOS DE LACLOS


Esta colección, que el público hallará quizá aún demasiado voluminosa, no contiene, sin embargo, sino el más pequeño número de las cartas que componían la totalidad de la correspondencia de que está sacada. Encargado de ponerla en orden por las personas que la habían adquirido, y que sabía yo tenían intención publicarla, no he pedido por recompensa de mi trabajo sino permiso de separar lo que me pareciese inútil, y he cuidado conservar efectivamente sólo aquellas que he considerado necesario para mostrar los caracteres y hacer más comprensibles los sucesos, se agrega a este ligero trabajo el de colocar nuevamente en orden que he conservado lo que hecho casi siempre siguiendo las fechay en fin, algunas notas cortas que, en su mayoría sólo tiende indicar la fuente de algunas citas, o a motivar ciertos cortes que he permitido hacer, se verá toda la parte que he tenido en esta obra. Mi encargo no se extendía a más.
Yo había propuesto otras alteraciones más considerables, y casi todas relativas a la pureza de la dicción o del estilo, contra la cuál se hallarán muchas faltas. Hubiera deseado también hallarme autorizado para abreviar ciertas cartas demasiado largas, y muchas de las cuales tratan separadamente, y casi sin transición, de objetos que no tienen relación alguna uno con otro. Este trabajo, que no se admitió, no hubiera bastado, sin duda, para dar mérito a la obra, pero la hubiera purgado, por lo menos, de una parte de sus defectos.
Se me ha objetado que el fin era dar a conocer las cartas mismas, y no tan sólo una obra compuesta según ellas; que seria tan inverosímil
1 Debo advertir también que he suprimido todos los nombres de que hablaban estas cartas, y si en los que no he sustituído hay algunos que sean propios de alguna persona conocida, será solamente un error mío, del cual no deberá sacarse consecuencia ninguna.
como falso que ocho o diez personas que han contribuido a formar esta correspondencia, hubiesen escrito todas con igual pureza. Habiendo yo entonces hecho ver que lejos de ser así no había una sola que no hubiese cometido faltas graves y que no dejarían de ser criticadas, se me ha respondido que todo lector razonable esperaría ciertamente hallar faltas en una colección de cartas particulares, pues cuantas van publicadas hasta hoy de autores estimados, y aun de algunos académicos, no se halla ninguna enteramente a salvo de esta reconvención.

Página 1 de 316


Paginas:
Grupo de Paginas:                 

Compartir:




Diccionario: