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Después de leerla, la entregó a Bobby y éste vio que decía:
Querida Frankie:
Ante todo, debo felicitarla. Usted y su amigo destrozaron los planes de toda una vida, preparados con la mayor minuciosidad. ¿Desea usted enterarse de todo? Mi compañera me ha hecho traición de tal modo, quizás obligada por el despecho, que mis más íntimas confesiones ya no podrán perjudicarme. Además voy a empezar una nueva vida: Roger Bassington-ffrench ha muerto.
Siempre fui una mala cabeza. En Oxford llevé una temporada conduciéndome bastante bien, pero volví a las andadas, y aunque mi padre no me perdonó, echó tierra al asunto y luego me mandó a las colonias.
Encontré a Moira y a sus compañeras. Ella era la que más valía. A los quince años podía calificarse de una criminal consumada. Cuando la conocí, las cosas empezaban a marchar demasiado aprisa para su gusto y la Policía americana le seguía la pista.
Nos sentimos atraídos mutuamente y decidimos trabajar juntos en adelante y formamos algunos planes.
Para empezar se casó con Nicholson y así se trasladó a otro mundo y la Policía perdió su pista. Nicholson se disponía a ir a Inglaterra, para instalar allí un sanatorio dedicado a curar enfermedades nerviosas. Buscaba una casa apropiada y Moira lo llevó a la Granja.
Continuaba trabajando con su banda en el asunto de los estupefacientes. Y sin sospecharlo siquiera, Nicholson le fue muy útil.
YO siempre tuve ambiciones. En primer lugar ser el dueño de Merroway, y además, disponer de una gran fortuna. Uno de mis antepasados gozó de grandes influencias en el reinado de Carlos II, pero, a partir de entonces, la familia fue descendiendo, hasta llegar a un estado relativamente modesto. Yo me sentía capaz de desempeñar importantes papeles, mas para eso necesitaba dinero.
Moira hizo varios viajes al Canadá «para visitar a sus parientes». Nicholson la adoraba y creía todas sus palabras. Así les ocurre a muchos hombres. A causa de las complicaciones del negocio de los estupefacientes, viajaba con varios nombres. Y usaba el de la señora Templeton cuando conoció a Savage. Estaba muy bien enterada de su enorme riqueza y se propuso conquistarlo. Él se sintió atraído, pero no lo suficiente para perder el sentido común.
Sin embargo, formamos un plan. Ya sabe usted bien lo que ocurrió. El individuo a quien conocen con el nombre de Cayman desempeñó el papel de marido poco escrupuloso.