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Llegaron a Sherwood. Robin se adelantó para anunciar a su amiga la feliz noticia. Mariana, sin
poder contener el llanto, se acerró a su padre. Los dos, entre lágrimas, se fundieron en un gran
abrazo. Fue la escena más conmovedora que se había vivido en Sherwood.
CAPÍTULO DOCE
EL RAPTO DE MARIANA
Pasaron varios meses hasta que Richard At Lea se restableció del desgaste sufrido en el
cautiverio. Su hija y el padre Tuck desempeñaron un papel fundamental en su recuperación. Los
años de encierro, en el reducido espacio de la celda, habían provocado en el caballero un
debilitamiento tal de sus músculos, que le impedía andar. Poco a poco, gracias al tesón de
Mariana y del fraile, Richard At Lea consiguió volver a caminar
Durante su recuperación, el noble caballero fue informado de todos los pormenores que habían
arrastrado al hijo de su inolvidable amigo Edward Fitzwalter, así como al resto de las personas que
lo respaldaban, a la situación de proscritos en la que se hallaban desde hacía tiempo.
A pesar de sus más profundas convicciones, Richard At Lea comprendió al joven Robin. Tal vez,
él habría hecho lo mismo ante aquellos acontecimientos. Y más, como era el caso, si la fuerza de
la juventud le hubiera hecho hervir la sangre ante las flagrantes injusticias.
Los días transcurrían tranquilos en Sherwood. Pero los enemigos de Robin Hood no
descansaban. Habían abandonado el plan de la incursión en el bosque tras ser liberado Much.
Esa acción, si fallaba el factor sorpresa, estaba condenada al fracaso.
-Señores, debemos emplear la astucia para capturar a Robin Hood. No debemos entrar en
Sherwood, sino intentar que ese bandolero salga de allí -dijo Hugo de Reinault.
-Ha salido muchas veces y no hemos conseguido nada -dijo Ralph de Bellamy-. Debemos llevar
a cabo nuestro proyecto.
-Escuchadme, caballeros. Tengo una idea que puede dar frutos. Como sabéis, Mariana vive
ahora en ese bosque. Si logramos apoderamos de ella, él saldrá a buscarla y caerá en nuestras