Cinco Semanas en Globo (Julio Verne) Libros Clásicos

Página 11 de 207


-¿Y qué te trae por aquí?
-La necesidad de impedir una locura que no tiene nombre.
-¿Una locura? -preguntó el doctor.
-¿Es cierto lo que dice este periódico? -replicó Kennedy, mostrando el número del
Daily Telegraph.
-¡Ah! ¿Te refieres a eso? ¡Qué indiscretos son los periódicos! Pero, siéntate, Dick.
-No quiero sentarme. ¿De verdad tienes la intención de emprender ese viaje?
-Ya lo creo. Estoy haciendo los preparativos y pienso...
-¿Dónde están esos preparativos, que quiero hacerlos pedazos? ¿Dónde están?
El digno escocés estaba verdaderamente furioso.
-Calma, mi querido Dick -repuso el doctor-. Comprendo tu cólera. Estás ofendido
conmigo porque hasta ahora no te he contado nada acerca de mis nuevos proyectos.
-¡Y a eso le llamas nuevos proyectos!
-Estaba muy ocupado -añadió Samuel sin admitir la interrupción-, he tenido que hacer
muchas cosas. Pero, tranquilízate, no hubiera partido sin escribirte...
-Me río yo...
-Porque tengo intención de llevarte conmigo.
El escocés dio un salto digno de un camello.
-¿Conque ésas tenemos? -repuso-. ¿Pretendes que nos encierren a los dos en el hospital
de Betlehem?
~He contado positivamente contigo, carísimo Dick, y te he escogido a ti excluyendo a
muchos aspirantes. -Kennedy estaba atónito-. Cuando me hayas escuchado durante diez
minutos -respondió tranquilamente el doctor-, me darás las gracias.
-¿Hablas en serio?
-Muy en serio.
-¿Y si me niego a acompañarte?
-No te negarás.
-Pero ¿y si me niego?
-Me iré solo.
-Sentémonos -dijo el cazador-, y hablemos desapasionadamente. Puesto que no
bromeas, vale la pena discutir el asunto.
-Discutamos almorzando, si no tienes en ello inconveniente, mi querido Dick.
Los dos amigos se sentaron a la mesa frente a frente, entre un montón de emparedados
y una enorme tetera.
-Amigo Samuel -dijo el cazador-, tu proyecto es insensato. ¡Es de realización
imposible! ¡Es de todo punto impracticable!
-Eso lo veremos después de haberlo intentado.
-Precisamente eso es lo que no hay que hacer, intentarlo.
-¿Por qué?
-¿Y los peligros y obstáculos de todo género?
-Los obstáculos -contestó gravemente Fergusson- se han inventado para ser vencidos.
En cuanto a los peligros, ¿quién puede estar seguro de que los evita? Todo es peligro en
la vida. Peligroso puede ser sentarse a la mesa o ponerse el sombrero; además, es preciso
considerar lo que debe suceder como si hubiese ya sucedido, y no ver más que el presente

Página 11 de 207
 

Paginas:
Grupo de Paginas:             

Compartir:



Diccionario: