Romeo y Julieta (William Shakespeare) Libros Clásicos

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Y eso que es más guapo que
nadie, que tiene mejores piernas, y que las manos,
los pies y el cuerpo, aunque no merecen comentarse
no tienen comparación. Sin ser la flor de la cortesía
es más dulce que un cordero. Anda ya, mujer, sirve
a Dios. ¿Has comido en casa?
JULIETA
¡No, no! Todo eso lo sabía.
¿Qué dice de matrimonio, eh?
AMA
¡Señor, qué dolor de cabeza! ¡Ay, mi cabeza!
Palpita como si fuera a saltar en veinte trozos.
Mi espalda al otro lado... ¡Ay, mi espalda!
¡Que Dios te perdone por mandarme por ahí
para matarme con tanta carrera!
JULIETA
Me da mucha pena verte así.
Querida, mi querida ama, ¿qué dice mi amor?
AMA
Tu amor dice, como caballero
honorable, cortés, afable y apuesto,
y sin duda virtuoso... ¿Dónde está tu madre?
JULIETA
¿Que dónde está mi madre? Pues, dentro.
¿Dónde iba a estar? ¡Qué contestación más rara!
«Tu amor dice, como caballero...
¿Dónde está tu madre?»
AMA
¡Virgen santa! ¡Serás impaciente! Repórtate.
¿Es esta la cura para mi dolor de huesos?
Desde ahora, haz tú misma los recados.
JULIETA
¡Cuánto embrollo! Vamos, ¿qué dice Romeo?
AMA
¿Tienes permiso para ir hoy a confesarte?
JULIETA
Sí.
AMA
Pues corre a la celda de Fray Lorenzo:
te espera un marido para hacerte esposa.
Ya se te rebela la sangre en la cara:
por cualquier noticia se te pone roja.
Corre a la iglesia. Yo voy a otro sitio
por una escalera, con la que tu amado,
cuando sea de noche, subirá a tu nido.
Soy la esclava y me afano por tu dicha,
pero esta noche tú serás quien lleve la carga.
Yo me voy a comer. Tú vete a la celda.
JULIETA
¡Con mi buena suerte! Adiós, ama buena.

Salen.

II.v Entran FRAY LORENZO y ROMEO.

FRAY LORENZO
Sonría el cielo ante el santo rito
y no nos castigue después con pesares.
ROMEO
Amén. Mas por grande que sea el sufrimiento,

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