La lucha por la vida I (Pío Baroja) Libros Clásicos

Página 27 de 261

apacible - Dulces y deleitosas enseñanzas


La madre de Manuel tenía un pariente, primo de su marido, que era
zapatero. Había pensado la Petra, en los días anteriores, enviar a Manuel
de aprendiz a la zapatería; pero le quedaba la esperanza de que el
muchacho se convenciera de que le convenía más estudiar cualquier
cosa que aprender un oficio; y esta esperanza la hizo no decidirse a llevar
al chico a casa de su cuñado.

Algún trabajo costó a Petra convencer a la patrona que permitiera estar
en casa a Manuel; pero al fin lo consiguió. Se convino en que el chico
haría recados y serviría la comida. Luego, cuando pasara la época de
vacaciones, seguiría estudiando.

Al día siguiente de su llegada, el muchacho ayudó a servir la mesa a
su madre.

En el comedor se sentaban todos los huéspedes, menos la Baronesa y
su niña, presididos por la patrona, con su cara llena de arrugas, de color
de orejón, y sus treinta y tantos lunares.

El comedor, un cuarto estrecho y largo, con una ventana al patio,
comunicaba con dos angostos corredores, torcido en ángulo recto; frente
a la ventana se levantaba un aparador de nogal negruzco con estantes,
sobre los cuales lucían baratijas de porcelana y de vidrio, y copas y vasos
en hilera. La mesa del centro era tan larga para cuarto tan pequeño, que
apenas dejaba sitio para pasar por los extremos cuando se sentaban los
huéspedes.

El papel amarillo del cuarto, rasgado en muchos sitios, ostentaba a

Página 27 de 261
 

Paginas:
Grupo de Paginas:               

Compartir:



Diccionario: