La Casa Hechizada (Charles Dickens) Libros Clásicos

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única ocupación e la vida ha sido la de gastar seiscientas. Sin embargo, tengo
la esperanza de que su banquero pueda entra en quiebra o que participe en alguna
especulación que garantice un veinte por ciento, pues estoy convencido de que si
consiguiera arruinarse su fortuna estaría hecha. Belinda Bates, amiga íntima de
mi hermana, y una joven deliciosa, amable e intelectual pasó a ocupar la
habitación del cuadro. Tiene verdadero talento para la poesía, unido a una
verdadera seriedad para los negocios, y «encaja», por utilizar un expresión de
Alfred, en la misión de la Mujer, los de techos de la Mujer, los errores de la
mujer y todo, aquello que lleve la palabra Mujer con una M mayúscula, o todo
aquello que no es y debería ser, o que es y no debería ser.
-¡Mi queridísima y digna de alabanzas, que el cielo te siga haciendo prosperar!
-le susurré la primera noche cuando me despedí de ella en la puerta de la
habitación del cuadro-. Pero no te excedas. Y con respecto a la gran necesidad
que hay, querida mía, de que haya más empleos al alcance de la mujer de los que
nuestra civilización les ha asignado todavía, no arremetas violentamente contra
los desafortunados hombres, incluso aquellos hombres que a primera vista se
interponen en tu camino, como si fueran los opresores naturales de tu sexo; pues
créeme, Belinda, que a veces se gastan el salario entre esposas e hijas,
hermanas, madres, tías y abuelas; y no toda la obra es Caperucita y el Lobo,
sino que tiene también otras partes.
Sin embargo, esto es una digresión. Como ya he mencionado, Belinda ocupaba la
habitación del cuadro. Nos quedaban tres aposentos: la habitación de la esquina,
la habitación del armario y la habitación del jardín. Mi antiguo amigo Jack
Governor, «estiró el catre», tal como él lo expresó, en la habitación de la
esquina. Siempre he considerado a Jack como el marinero de mejor aspecto que ha
navegado nunca. Ahora tiene canas, pero sigue tan guapo como hace un cuarto de
siglo... qué va, mucho más guapo. Es un hombre de hombros anchos, rollizo,
alegre y bien constituido, con una sonrisa franca, ojos oscuros y brillantes y
cejas espesas. Las recuerdo bajo sus cabellos oscuros y todavía parecen mejor

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