Una mujer sin importancia (Oscar Wilde) Libros Clásicos

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Con toda su fastuosidad, su fortuna y su arte, no saben cómo viven... No saben ni siquiera eso. Aman la belleza que pueden ver, tocar y sujetar, la belleza que pueden destruir y que destruyen, pero la belleza invisible de la vida, la belleza de la vida elevada, no la conocen en absoluto. Han perdido el secreto de la vida. ¡Oh! Su sociedad inglesa me parece egoísta y tonta. Se ha cegado los ojos y se ha tapado los oídos.Yace entre púrpura, pero como un leproso. Es como algo muerto pintado con oro. ¡Es errónea, completamente errónea!
LADY STUTFIELD.-No creo que deban saberse esas cosas. No son muy, muy bonitas, ¿verdad?
LADY HUNSTANTON.-Mi querida miss Worsley, pensé que le gustaba mucho la sociedad inglesa. Ha tenido usted mucho éxito en ella, y ha sido muy admirada por las mejores personas. He olvidado lo que Lord Henry Weston dijo de usted...; pero fue un gran cumplido, y usted sabe que él es una autoridad en lo que a belleza se refiere.
HESTER.-¡Lord Henry Weston! Lo recuerdo, lady Hunstanton. Un hombre con una horrible sonrisa y un horrible pasado. Es invitado a todas partes. Ninguna reunión está completa sin él. ¿Qué hay de aquellas mujeres cuya vida destrozó? Son unas desgraciadas. No tienen nombre. Si usted las encontrase por la calle, volvería la cabeza. No lamento su castigo. Todas las mujeres que han pecado deben ser castigadas. (Mistress Arbuthnot entra por la terraza envuelta en una capa y con un velo de encaje sobre la cabeza. Oye las últimas palabras y se estremece.)
LADY HUNSTANTON.-¡Querida niña!
HUSTER.-Es justo que sean castigadas, pero no deben ser las únicas que sufran. Si un hombre y una mujer han pecado, que ambos vayan al desierto para amarse u odiarse. Que ambos sean malditos. Que queden marcados, si se quiere, pero que no sea castigado uno y el otro quede libre. No tengamos una ley para los hombres y otra para las mujeres. Son injustos con las mujeres en Inglaterra. Y hasta que se den cuenta de que lo que es una vergüenza en una mujer es una infamia en un hombre, siempre serán injustos, y la justicia, ese bloque de fuego, y la injusticia, ese bloque de humo, estarán borrosos ante sus ojos, o no los verán, y si los ven, no los mirarán.
LADY CAROLINE.-¿Le importa, ya que está en pie, darme mi algodón, que está justamente detrás de usted, miss Worsley? Gracias.

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