Página 35 de 65
vida repitiese sus tragedias? (Abre el sobre y lee la carta.
Enseguida se desploma en un sillón con un gesto de agonía.)
¡Horrible! ¡Horrible! ¡Las mismas palabras que hace
veinte años escribí yo a su padre! ¡Y qué duramente
he sido castigada por ellas! ¡Ah, no; mi castigo, mi
verdadero castigo empieza esta noche, ahora!
(Entra LORD WINDERMERE.)
LORD WINDERMER.E.- ¿Se ha despedido usted
ya de Margarita?
MISTRESS ERLYNNE.- (Estrujando la carta para
ocultarla.) Sí.
LORD WINDERMERE. - ¿Dónde está?
MISTRESS ERLYNNE.- Está muy cansada... Se ha
ido a descansar... Dijo que le dolía un poco la
cabeza.
LORD WINDERMERE.- Voy a verla. Con su per-
miso...
MISTRESS ERLYNNE. - (Poniéndose en pie precipitadamente.)
¡Oh, no, no es nada! Un poco de cansancio,
simplemente. Además, todavía quedan invitados
en el comedor. Tiene usted que disculparla.
65
OSCAR WILDE
Dijo que deseaba que no la molestasen. (Se le cae la
carta.) Me encargó se lo dijese a usted.
LORD WINDERMERE. - (Recogiendo la carta.) Se le
ha caído a usted una cosa.
MISTRESS ERLYNNE.- ¡Ah, sí, gracias, es mía!
(Extendiendo la mano para cogerla.)
LORD WINDERMERE. - (Mirando todavía la carta.)
¿Pero no es ésta letra de mi mujer?
MISTRESS ERLYNNE.- (Apoderándose de la carta
rápidamente.) Sí.... es... una dirección. ¿Quiere usted
decir que avisen a mi coche?
LORD WINDERMIERE. - ¡Con mucho gusto!
(Sale.)
MISTRESS ERLYNNE. - ¡Gracias! ¿Qué hacer?
¿Qué hacer? Siento despertarse dentro de mí un
sentimiento que yo no conocía. ¿Qué quiere decir
esto?... No; la hija no debe ser como la madre; no lo
será... ¡Sería horrible! Pero, ¿cómo salvarla? ¿Cómo
salvar a mi hija? Un momento de retraso puede
arruinar para siempre su vida. ¿Quién puede saberlo
mejor que yo? Es preciso que Windermere se
ausente de casa; sí, es indispensable... (Se dirige hacia
la izquierda.) Pero, ¿cómo conseguirlo? ¡Hay que