Tartarín de Tarascón (Alfonso Daudet) Libros Clásicos

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"Siento dos hombres en mí", dijo no sé qué padre de la Iglesia. Y hubiera estado en lo firme con Tartarín, que llevaba en sí el alma de Don Quijote: iguales arranques caballerescos, el mismo ideal heroico, idéntica locura por lo novelesco y grandioso; pero, desdichadamente, no tenía el cuerpo del famoso hidalgo, aquel huesudo y enteco; aquel pretexto de cuerpo, en que la vida material no tenía dónde agarrarse, capaz de resistir veinte noches seguidas sin desabrocharse la coraza y cuarenta y ocho horas con un puñado de arroz... El cuerpo de Tartarín, al contrario, era todo un señor cuerpo; gordo, pesado, sensual, muelle, quejumbrón, lleno de apetitos burgueses y de exigencias domésticas; el cuerpo ventrudo y corto de piernas del inmortal Sancho Panza.
   ¡Don Quijote y Sancho Panza en el mismo hombre! ¡Malas migas debían hacer! ¡Qué de luchas! ¡Qué de rasguños!... Hermoso diálogo para escrito por Luciano, o por Saint Evremond, el de estos dos Tartarines, el Tartarín Quijote y el Tartarín Sancho. Tartarín Quijote exaltándose al leer los relatos de Gustavo Aimard, y exclamando: "¡Me marcho!" Tartarín Sancho pensando sólo en el reuma y diciendo: "¡Me quedo!"
   Tartarín Quijote (muy exaltado): Cúbrete de gloria, Tartarín.
   Tartarín Sancho (muy tranquilo): Tartarín, cúbrete de franela.
   Tartarín Quijote (cada vez más exaltado): ¡Oh rifles de dos cañones! ¡Oh dagas, lazos, mocasines!
   Tartarín Sancho (cada vez más tranquilo): ¡Oh chalecos de punto, medias de lana, soberbias gorras con orejeras!
   Tartarín Quijote (fuera de sí): ¡Un hacha! ¡Venga un hacha!
   Tartarín Sancho (llamando a la criada): Juanita. el chocolate.
   En éstas, aparece Juanita con un excelente chocolate, caliente, irisado y oloroso, y unas suculentas tortas de anís, que hacen reír a Tartarín Sancho, ahogando los gritos de Tartarín Quijote.
   Y así queda explicado por qué Tartarín de Tarascón no había salido nunca de Tarascón.

VII. LOS EUROPEOS DE SHANGAI. EL ALTO COMERCIO. LOS TÁRTAROS. ¿SERÁ QUIZÁ TARTARÍN DE TARASCÓN UN IMPOSTOR? ESPEJISMO

   
   No obstante, una vez estuvo Tartarín a punto de emprender un viaje, un viaje muy largo.
   Los tres hermanos Garcio-Camus, tarasconeses establecidos en Shangai, le habían ofrecido la dirección de una factoría en aquel país. Aquélla era la vida a propósito para él. Negocios considerables, una muchedumbre de dependientes a quienes mandar, relaciones con Rusia, Persia, Turquía asiática..., el alto comercio, en suma.

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