Página 6 de 140
civil. Bien está; pero ¿que ganan los súbditos en esto, si las guerras que
les atrae la ambicion de su señor, si la insaciable codicia de este, si
las vejaciones del ministerio que les nombra, les causan mas [11]
desastres de los que esperimentarian abandonados á sus disensiones? Que
ganan en esto, si la misma tranquilidad es una de sus desdichas? Tambien
hay tranquilidad en los calabozos: es esto bastante para hacer su mansion
agradable? Tranquilos vivian los griegos encerrados en la caverna del
Cíclope aguardando que les llegara la vez para ser devorados.
Decir que un hombre se da gratuitamente, es decir un absurdo
incomprehensible; un acto de esta naturaleza es ilegítimo y nulo por el
solo motivo de que el que lo hace no está en su cabal sentido. Decir lo
mismo de todo un pueblo, es suponer un pueblo de locos: la locura no
constituye derecho.
Aun cuando el hombre pudiese enagenarse á sí mismo, no puede enagenar
á sus hijos, estos nacen hombres y libres; su libertad les pertenece;
nadie mas puede disponer de ella. Antes que tengan uso de razon, puede el
padre, en nombre de los hijos, estipular aquellas condiciones que tenga
por fin la conservacion y bienestar de los mismos; pero no darlos
irrevocablemente y sin condiciones, pues semejante donacion es contraria á
los fines de la naturaleza y traspasa los límites de los derechos
paternos. Luego para que un gobierno arbitrario fuese legítimo, seria
preciso que el pueblo fuese en cada generacion dueño de admitirle ó de
desecharle á su antojo; mas entonces este gobierno ya dejaria de ser
arbitrario.
Renunciar á la libertad es renunciar á la [12] calidad de hombre, á
los derechos de la humanidad y á sus mismos deberes. No hay indemnizacion
posible para el que renuncia á todo. Semejante renuncia es incompatible
con la naturaleza del hombre; y quitar toda clase de libertad á su
voluntad, es quitar toda moralidad á sus acciones.