Trampas y ruletas trucadas

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1.Introducción
Desde largo tiempo atrás se han intentado las más diversas trampas en la ruleta, tanto por parte de jugadores como de empleados. La pretensión más frecuente ha sido la de conseguir frenar la rueda a voluntad. Mecanismos tales como agujas retráctiles que impidieran a la bola detenerse en determinadas concavidades, electroimanes en el cuenco de la rueda que controlaran la bola o, más rudimentariamente, medios mecánicos que inclinaran la rueda; fueron siempre un riesgo en los casinos de poca monta. Jugar en ciertos lugares de los Estados Unidos a mediados de los años 30 comportaba mala reputación. Hoy día apenas existen casinos deshonestos, ya que los promotores obtienen mayores beneficios de forma legítima. Pocos casinos que engañen a sus clientes llegan a mantenerse en el negocio, porque inevitablemente acaban siendo descubiertos.



2.Juego limpio
En la actualidad las ruedas de ruleta se construyen con un alto grado de exactitud y fiabilidad mecánica, pero, por supuesto, no todas son perfectas. Alguien que brillante y limpiamente obtuvo pingües beneficios gracias a las irregularidades de las ruedas de Montecarlo, fue el ingeniero británico William Jaggers a finales del siglo pasado. Durante un mes seis colaboradores suyos registraron los resultados de todas las tiradas en las mesas, tras lo cual los analizó y averiguó qué números -debido a mínimas irregularidades mecánicas- salían con más frecuencia excediendo a sus verdaderas probabilidades. Con esta información, Jaggers jugó y en cuatro días ganó un millón y medio de francos -una inmensa fortuna en aquella época-, antes de que la dirección del casino comprendiese lo que ocurría y corrigiera la inclinación de las ruedas.

3.Confabulación y otros trucos
Aunque los trucos mecánicos muy posiblemente pertenezcan ya al pasado, los casinos tienen que estar en guardia permanente para evitar confabulaciones entre croupiers y jugadores. Pagar en proporciones inferiores a las reglamentadas y números perdedores «equivocadamente» o manejar las fichas de forma irregular, son los métodos más usuales de sustraer parte de los beneficios de la casa. Sin embargo, como se ha demostrado en diversos casos, a menudo tratados por la prensa, siempre existe un modo de descubrir las artimañas. En cualquier caso, tales eventualidades afectan al casino y no a los jugadores.

Quizá donde se dan con mayor frecuencia sea en el pago, sobre todo en casos en que el croupier otorga las ganancias a alguien que no le corresponden (si bien tal error puede darse ocasionalmente cuando una mesa está muy concurrida). También existe, como es natural, la posibilidad de que un croupier (tal vez intentando robar) dé el cambio defectuoso, en cuyo caso lo más probable es que se trate de un error, ya que los casinos suelen vestir a sus empleados con prendas sin bolsillos para salvaguardarles de la tentación de apropiarse de lo ajeno. De cualquier modo cuando se utilicen para el pago fichas de casino será recomendable que vigilemos atentamente nuestras apuestas. Si observa un error en su pago, indíquelo cortésmente y el supervisor de la mesa lo rectificará.

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