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El hidalgo hizo plato a su señor, que no quiso acelerar para su servicio el fin de la caza, ni se curó de llamar a los dependientes, a quienes tales oficios de su casa estaban cometidos, la situación de su ánimo, devorado al parecer de secretas ideas y el deseo de permanecer en la compañía libre y desembarazada de aquellos en quienes depositaba su confianza, redujo a dos el número de sus servidores en tan crítica situación. Luego que el hidalgo le hubo hecho plato y Ferrus servídole la copa:
-Sentaos -dijo- y cenad, Fernán Pérez, que bien podéis poner la mano en el plato de mi propia mesa-. Sentóse respetuosamente al extremo de la mesa Vadillo y el favorito permaneció en pie a la derecha de su señor, recibiendo de su propia mano los mejores bocados que éste por encima del hombro le alargaba, como pudiera con un perro querido que hubiera tenido su estatura. Reíase Ferrus, empero, muy bien de esta manera de recibir los trozos de la vianda, a tal de recibirlos; sabía él además que lo que hubiera podido parecer desprecio a los ojos de un observador imparcial era una distinción cariñosísima que le colocaba sobre todos los súbditos del caballero. Sin mortificarle estas ideas dábase prisa a engullir morcón, sin más interrupción que la que exigieron las dos o tres libaciones que con rico vino de Toro, entonces muy apreciado, hacía de cuando en cuando el taciturno y distraído personaje, cuyo nombre y circunstancias singulares no tardaremos en poner en claro para nuestros lectores.
Acabóse la corta refacción sin hablar palabra de una parte ni de otra, sirviéronse las especias y púsose aquél en pie.
-Partamos.
-Paréceme, gran señor, que harías bien en armarte mejor de lo que estás, porque ¡vive Dios que no quisiera que se quedase España sin tan gran trovador! y...
-¡Chitón! Ponme en efecto esa armadura.
Quitóse un capotillo propio de caza, púsose una loriga ricamente recamada de oro sobre terciopelo verde: vistió una fuere cota de menuda malla; ciñó una espada y calzó las botas con la espuela de oro, insignia de caballeros de la más alta jerarquía.