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Vanse y se quedan CHATO y SIRENE
SIRENE: Bien veis cuán desvergonzado,
sin Dios, sin justicia y ley,
delante del proprio rey
hoy conmigo habéis andado,
diciendo males de mí.
CHATO: No os cause aqueso inquietud,
que pensé que era virtud.
SIRENE: ¿Cómo?
CHATO: A un sacerdote oí
del dios Baco el otro día,
que sus sacerdotes son
con quien tengo devoción,
que hace mal el que decía
de sus propias cosas bien;
y como sos propria cosa
vos, puesto que sos mi esposa,
dije mal para hacer bien.
SIRENE: Pues ¿cómo dicen de mi,
cuantos de fuera me ven,
siempre muchísimo bien?
CHATO: Como os ven de fuera; oí:
sale al templo una mujer,
y como no ha de reñir
con los dioses, viéndola ir
tan devota, al parecer,
dice la gente, "Una santa
es fulana;" y es porque
dentro en su casa no ve
la condición con que espanta.
Sale luego a una visita,
y como allá no ha de dar
en casa ajena pesar,
` dicen de ella, "Una angelita
es por cierto." Mentecato,
vive con ella ocho días,
verás esas angelías
demonios a cada rato.
Venla en la reja tocada,
y dicen que es muy hermosa.
Tonto, ese jazmín y rosa
es retama detocada.
Sale a la calle prendida,
y dicen que limpia es.
Bruto, ¿no ves que no ves
la pata que está escondida?
Si la vieras descalzado,
sin medias y sin zapatos,
dedos con más garabatos
que una letra procesada,
nunca que es limpia dijeras;
pues que habiendo de asistir
al desnudar y vestir,
y más si tal vez la vieras,