Las tres justicias en una (Pedro Calderón de la Barca) Libros Clásicos

Página 41 de 56

¿Qué temor el que te tengo?
Cuando a mi padre no ignoro,
si otra vez me desmintiera,
que hiciera otra vez lo propio.
MENDO: ¡Hola!
UNO: ¿Señor?
MENDO: A don Lope
con alguna capa el rostro
le cubrid, y de esa suerte
le llevad a un calabozo. --
Oye tú aparte.
OTRO: ¿Qué mandas?
MENDO: Que, para que el alboroto
sea menos, por la puerta
falsa de mi cuarto propio,
que cae al campo, le dejes,
sin que él sepa dónde o cómo;
y haz que le curen en tanto
que de su prisión informo
yo al rey. (¿Qué pena, qué rabia, Aparte
qué dolor, qué ansia, qué enojo
es éste que acá en el alma
tan dueño de mí conozco?)

Vanse. Sale el REY



REY: De don Mendo cuidadoso
estoy, por si ha ejecutado
lo que le tengo ordenado;
y hasta verlo no reposo.
¡Que un tirano proceder
de un hijo tan atrevido
a su padre haya ofendido,
sin que tema mi poder!
El rigor de mi justicia
hoy ha de ver Aragón,
castigando la intención
de su soberbia y malicia.
Esto a mi reino conviene.
¡Vive Dios, que han de ver hoy
si soy don Pedro o no soy!
Pero aquí don Mendo viene.

Sale don MENDO


MENDO: Vuestra Majestad me dé,
señor, su mano a besar.
REY: Los brazos debo yo dar
a quien de mi reino fue
el Atlante, con quien hoy
parto la inmensa fatiga
de su pesadumbre.
MENDO: Diga
mi obediencia cuánto estoy,
gran señor, reconocido
a la merced que me hacéis.
REY: Pues a mis ojos volvéis,
no dudo que habréis prendido
a don Lope.
MENDO: Sí, señor,
preso ya en mi casa queda,
porque nadie hablarle pueda.
REY: Nunca me hicisteis mayor
servicio; que solicito

Página 41 de 56
 

Paginas:
Grupo de Paginas:       

Compartir:



Diccionario: