Página 9 de 42
560
Dentro esquilas y voces de PASTORES, BEHOMUD, CUIDADO, y el DESCUIDO.
CUIDADO Echa por aquí, Descuido.
DESCUIDO Cuidado, ¿qué me atormentas siempre de prisa?
CUIDADO ¿Qué mucho, si siempre estás tú de flema?
Las esquilas, y voces.
PITONISA Y aun se ven, pues ya de aquel 565 ribazo mirar se deja un occeano de nieve, que como que se despeña, porque el sol no le derrita, viene venciendo la cuesta. 570
Dentro voces, y ruido.
VOCES Por aquí una gran maraña de inútiles hojas secas, hipócritas de un pantano, que en el paso se atraviesa, embarazando el camino, 575 impide que pasar pueda sin peligro la carroza.
BEHOMUD. Dentro No hay peligro que no venza la fe, a cuyo cargo va la peregrinación nuestra; 580 y así, atropellando este, pasarle a pie será fuerza.
DEMONIO También por estotra parte, a pesar de incultas breñas, vienen tropas de a caballo 585 y una carroza tras ellas, en cuyos dorados vidrios la luz del sol reverbera. Cuando no supiera yo quién es el que viene en ella, 590 su grandeza lo diría.
PITONISA Aún no es su mayor grandeza el fausto y el aparato.
DEMONIO ¿De qué has quedado suspensa?
PITONISA De ver que un blanco cordero, 595 si bien percibo las señas, que de sangrientos claveles trae coronada la testa, y guarnecida la piel también de rosas sangrientas, 600 es el manso a quien siguiendo vienen las demás ovejas de todo el rebaño.
DEMONIO Ese es el que elegido llevan al sacrificio.
PITONISA Pues ¿cómo 605 le eligen, para que muera, siendo ese cordero el manso?
DEMONIO No ahora en eso te detengas, que manso y a sacrificio, no sé que dude o qué entienda.