El cordero de Isaias (Pedro Calderón de la Barca) Libros Clásicos

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BEHOMUD Todo el esfuerzo del leer voy convirtiendo en dudar. ¿Qué será que cuando llevo un cordero al sacrificio 1570 se suscite un nuevo juicio de nueva ley, rito nuevo, que pueda haber impedido el consumir la oblación? Prosiga con la lección. 1575
Lee. «Sin dar un solo balido, dándonos sagrado aviso, que por las iniquidades nuestras, quiso en sus piedades morir, porque morir quiso...» 1580
PITONISA ¿A qué aguardo ya entre tanto miedo, como se apresura? Turbe su ansia mi hermosura, ciegue su atención mi canto.
BEHOMUD. Lee. . ¡El Gran Dios de Israel me valga! Pues al imperio en que mi duda rendida 1590 se ve no puede una vida resistir tanto misterio, sino es que para sacarme de tal confusión encuentre…
Sale cantando PITONISA.
PITONISA Canta. Quien pueda decirte 1595 que en dudas tan fuertes quien más las apura menos las entiende.
BEHOMUD Repite. ?. Oráculo lisonjero, que para introducir ese tan desconsolado alivio 1605 como es intentar que deje de apurar lo que deseo con dos esfuerzos lo emprendes tan poderosos, que el uno usa de no menos fuerte 1610 razón que la de ir sembrando con cada acento que viertes una deshojada turba de rosas y de claveles y el otro, de una memoria 1615 que aunque en sombras se mantiene, de haber oído tu voz otra vez (porque conserve la noticia el albedrío) en luz la sombra convierte, 1620 ¿quién eres? Y agradecida puedes estar de que ferie por otra duda que en tal deseo supo ponerme, que me conducía... Pero 1625
Retirándose de ella.
ya no me digas quién eres, que una cosa es que el primero apetito humano intente, curioso, examinar duda de quien quizá traidor pende 1630 su error, y otra es que, cobrado del primer impulso, trueque a la que menos le importa la que más le pertenece; y así, la lección.

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