Luis Pérez el gallego (Pedro Calderón de la Barca) Libros Clásicos

Página 2 de 53

seguro resistiré
con fuga de guardapié
la daga de guardamano.
Adiós, patria; que es forzoso
no volver a verte más.)
LUIS: Pedro, oye; pues que te vas
más libre y más venturoso
que tu traición mereció,
advierte que desde aquí
te guardes siempre de mí;
porque, si por dicha yo
de aquí a mil años te veo
al cabo del mundo, allí
no estás seguro de mí.
PEDRO: Yo lo oigo y yo lo creo,
y de la difinitiva
no apelo, que la consiento.
Y en cuanto a su cumplimiento,
pues me permites que viva
ausente, digo que iré,
por complacer tus deseos,
a vivir entre pigmeos.
Mayor venganza no sé
que a tus agravios se deba
que es, huyendo de tus manos,
ir a vivir entre enanos
un desterrado hijo de Eva.

Vanse PEDRO y CASILDA


ISABEL: Ya se fue; solo has quedado
conmigo, y he de saber
qué causa llegó a tener
tu deseo o tu cuidado.
LUIS: Hermana, ¡pluguiera a Dios
que nunca mi hermana fueras,
porque al nacer no pusieras
este nudo entre los dos!
¿Tú piensas que de ignorante
he visto y disimulado,
he conocido, he callado
los extremos de un amante
que te sirve y que pretende,
no sólo manchar tu honor,
sino la sangre y valor
que de tus padres desciende?
Pues no, Isabel, no he sufrido
esta ofensa, este desprecio
de inadvertido y de necio,
sino de cuerdo, advertido
y prudente, por medir
mi sentimiento mejor;
que los celos del honor
una vez se han de pedir.
Y, supuesto que ha de ser
una vez sola y que estoy
en la ocasión, sólo hoy
mi sentimiento he de hacer
público; por esto, hermana,
sabe hoy de mí que lo sé;
y si no, yo lo diré
de otra manera mañana.

Página 2 de 53
 

Paginas:
Grupo de Paginas:       

Compartir:



Diccionario: