Los planos de Bruce-Partington (Arthur Conan Doyle) Libros Clásicos

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No le habían robado, y no existía ninguna razón especial para sospechar que se hubiese cometido violencia. ¿No es así?

-Se ha realizado una investigación -le dije -, y han salido a relucir muchos hechos nuevos. Mirándolo más de cerca, yo aseguraría que se trata de un caso curioso.

-A juzgar por el efecto que ha producido sobre mi hermano, yo diría que es el más extraordinario de los casos -Holmes se arrellanó en un sillón -. Veamos, Watson, los hechos.


-El nombre de la víctima era Arthur Cadogan West, de veintisiete años, soltero, y
empleado de las oficinas del arsenal Woolwich. Un empleado del Gobierno. ¡Ahí tiene usted el eslabón que le une a mi hermano Mycroft!

-Salió súbitamente de Woolwich el lunes por la noche. La última persona que lo vio fue su novia miss Violet Westbury, a la que él abandonó bruscamente en medio de la niebla a eso de las siete y media de aquella noche. No medió riña alguna entre ellos, y la muchacha no sabe dar explicación de la conducta del joven. No se volvió a saber de él hasta que su cadáver fue descubierto por un peón de ferrocarril apellidado Mason, en la parte exterior de la estación de Aldgate, que pertenece al ferrocarril subterráneo de Londres.

-¿Hora?

-El cadáver fue descubierto el martes a las seis de la mañana. Yacía a bastante distancia de los rieles, al lado izquierdo de la vía conforme se va hacia el Este, en lugar próximo a la estación, donde la línea sale del túnel, por el cual corre. Tenía la cabeza destrozada; herida que bien pudo producirse al caerse del tren. Sólo de ese modo pudo quedar el cadáver sobre la vía. De haber llegado hasta allí desde algunas de las calles próximas, habrían tenido que cruzar las barreras de la estación, donde hay permanentemente un cobrador. Este detalle parece ser absolutamente seguro.

-Perfectamente. El caso se presenta bastante concreto. Ese hombre, muerto o vivo, cayó o fue lanzado desde el tren. Todo eso lo veo claro. Prosiga.

-Los trenes que corren por la vía junto a la cual fue encontrado el cadáver son los que traen dirección de Oeste a Este, siendo algunos exclusivamente metropolitanos, y procediendo otros de Willesden y de los empalmes que allí coinciden. Puede darse por seguro que, cuando el joven halló la muerte viajaba en esa dirección a una hora avanzada; pero es imposible afirmar la estación en la que subió al tren.

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