La peste escarlata (Jack London) Libros Clásicos

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que no había ninguna mujer que estuviera libre, y la mayoría de las
muchacha, por pocos años que tuvieran, ya estaban prometidas. Por eso tuvo
que esperar que mi hija Mary alcanzara los dieciséis años. Uno de sus
hijos Correaprisa, primo vuestro, fue capturado el año pasado por u león
de las montañas. Debéis acordaros...
>>El hombre en cuestión, que acabó siendo mi yerno, tenía once años cuando
se declaró la peste. Se llamaba Mungerson. Su padre era uno de los
magnates de la industria. Era un hombre rico y poderoso. Toda su familia
había volado, en su gran avión Cóndor, hacia la soledad de la Columbia
británica, que está muy lejos hacia el norte.
>>Hubo una avería, y el avión cayó en el monte Shasta. Debéis haber oído
hablar de esa montaña, que está hacia el norte... La peste escarlata se
declaró en la familia, y sólo sobrevivió aquel muchacho de once años.
>>Durante ocho años vivió solo, vagando por la tierra desierta, tratando
en vano de encontrar algún ser de su misma especie. A fuerza de andar
hacia el sur, encontró cierto día a la tribu de los Santa Rosa, y se pegó
a nosotros...
>>Pero veo que voy demasiado aprisa al contaros todos estos, y que me
anticipo a los acontecimientos.
>>Vuelvo a momento en que empezaba el gran éxodo de las grandes ciudades y
en que yo, aislado en mi casa, seguía comunicándome por teléfono con mi
hermano. Le decía que no aparecía en mí ningún síntoma de la peste, y que
lo mejor que podíamos hacer era reunirnos y aislarnos en algún sitio
seguro. Acordamos finalmente encontrarnos en el edificio de la universidad
dedicado a la escuela de química. Nos llevaríamos allí unas reservas de
provisiones. Luego nos atrincheraríamos, impediríamos, así fuera por la
fuerza de las armas, que nadie se nos acercara, y esperaríamos
acontecimientos.
>>Una vez concretado este plan, mi hermano me suplicó que permaneciera

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