Política (Aristóteles) Libros Clásicos

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Una ley
limitaba a cinco años las funciones de general; algunos jóvenes belicosos,
que gozaban de un gran influjo entre los soldados y que, mirando con
desprecio a los gobernantes, creían poder suplantarlos fácilmente,
intentaban ante todo reformar esta ley y obtener del sufragio del pueblo,
demasiado dispuesto a dárselo, que declarara la perpetuidad de los empleos
militares. Al principio, los magistrados, a quienes tocaba de cerca la
cuestión, y que se llamaban cosenadores, quisieron resistirlo; mas,
imaginando que esta concesión garantizaría la estabilidad de las demás
leyes, cedieron, como todos; y cuando más tarde quisieron impedir nuevos
cambios, fueron impotentes, y la república se convirtió bien pronto en una
oligarquía violenta en manos de los que habían intentado la primera
innovación.
Puede decirse en general de todos los gobiernos que sucumben, ya por
causas internas de destrucción, ya por causas exteriores; como, por
ejemplo, cuando tienen a sus puertas un Estado constituido conforme a un
principio opuesto al suyo, o bien cuando este enemigo, por distante que
esté, es muy poderoso. Véase la lucha entre Esparta y Atenas; los
atenienses destruían por todas partes las oligarquías, mientras que hacían
lo mismo los lacedemonios con todas las constituciones democráticas.
Tales son, sobre poco más o menos, las causas de los trastornos y de
las revoluciones en las diversas especies de gobiernos republicanos.



Capítulo VII
Medios generales de conservación y de prosperidad en los Estados
democráticos, oligárquicos y aristocráticos
Veamos ahora cuáles son, para los Estados en general y para cada uno
de ellos en particular, los medios de conservación. Es cosa evidente que
si conocemos las causas que arruinan los Estados, debemos conocer
igualmente las causas que los conservan. Lo contrario produce siempre lo
contrario, y la destrucción es lo opuesto a la conservación.
En todos los Estados bien constituidos, lo primero de que debe
cuidarse es de no derogar ni en lo más mínimo la ley, y evitar con el más

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