Los autores de ajedrez suelen citar esta historia como ejemplo de que no siempre es buena polÃtica jugar para ganar, y ha dado además origen a una fuerte lÃnea de ataque conocida como el gambito del Rey.
El hecho de que el tablero se partiera en ocho partes siempre impresionó mi fantasÃa juvenil, ya que me parecÃa posible extraer de allà los elementos de un importante problema.
El acertijo es simple, y sirve para enseñar una regla valiosa que debe respetarse al construirse acertijos de esta clase. Como no hay dos partes de igual forma, se evitan otras vÃas para resolverlo y la solución se torna más difÃcil.