Pero en lo que se refiere a una divertidÃsima exhibición de travesura, o "maliciosa terquedad", como dice el granjero, jamás he visto nada igual al deporte favorito de dos obstinados pollos que se niegan a salir de un jardÃn.
En una granja de Nueva Jersey, donde algunas personas de ciudad habÃan ido a pasar el verano, la caza de pollos se transformó en un deporte cotidiano. HabÃa dos pollos que siempre se metÃan en el jardÃn, prestos a desafiar a cualquiera que intentara atraparlos. El hecho sugerÃa un curioso acertijo que, según creo, me dará la satisfacción de preocupar a algunos de nuestros expertos.
El propósito es comprobar en cuántos movimientos el buen granjero y su esposa pueden apresar a las dos aves.
El campo está dividido en sesenta y cuatro cuadrados, delimitados por las plantas de maÃz. Supongamos que el juego se desarrolla desplazándose entre las filas de plantas de un cuadrado a otro, de arriba a abajo o de derecha a izquierda.
El juego puede jugarse en cualquier tablero cuadriculado, usando dos piezas del mismo color para representar al granjero y a su esposa, y otras dos distintas para representar al gallo y la gallina.