La Lotería de consejos

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Veremos más adelante que los consejos forman un juego particular, muy interesante, pero que exige mucha circunspección, destreza y trato de mundo para no herir el amor propio de las personas a quienes se dan por medio de un tercero consejos malignos o lisonjeros. La lotería de consejos no tiene este inconveniente, porque la suerte es la que se encarga de aconsejar, y puede decirlo todo con impunidad. Si algunas verdades pican, la popularidad las hace ya excusables, y los cumplimientos a propósito proveen a los señores la ocasión de dirigir amables requiebros a las señoras o a las personas respetables por su edad y cualidades.
Este juego es muy parecido al antecedente : los billetes se numeran igualmente según el número de jugadores. Entre ellos hay algunos blancos, y mezclándolos se gira el saco en rededor, sacando cada uno un número arrollado, que debe, antes de desplegarlo y leerlo, decirse lo que presume de su contenido. Para esto la persona que presenta el saco a las consultantes, pregunta a cada jugador : ¿ Qué piensa usted de este consejo? Y el que saca responde, según lo que le viene a la imaginación : Me parece agradable, lisonjero, severo, justo, o bien está en blanco. Cuando ha indicado su presentimiento, se desdobla el billete, y es muy raro que la predicción no produzca una prenda, porque tiene que pagar ésta, siempre que no convenga el billete con el juicio formado sobre él. Sin detenernos en pormenorizar lo divertido de este juego, nos limitaremos a algunos consejos, imitando a los cuales se pueden formar otros.
Primer consejo. No procures tanto el agradar, joven coqueta : la que no se dirige más que a los ojos, rara vez consigue interesar el corazón.
2. Lechuguino elegante, tu vanidad te hace buscar una mujer más vana que tú : guárdate de que tu amor propio haga creer que eres amado.
3. Manifestad un poco vuestras bellas prendas; porque la modestia no es enemiga de la juventud, y vuestro ejemplo la debe servir de modelo.
4. Os aconsejo procuréis hacer dinero, supuesto que la naturaleza os ha negado sus dones.
5. Sed amable si queréis que se os ame.
6. No envidiéis a nadie, porque todo el mundo os es muy superior.
7. Continuad en ponernos en duda sobre cual es el mayor de vuestros talentos.
8. No cantéis sino por cuaresma, a fin de que vuestra voz sea análoga a la época.
9 .No os caséis, a fin de que los que os conocen no tomen aversión al estado del matrimonio.
10.Procurad imponer silencio al tiempo, o aguardad al crepúsculo de la mañana o de la noche para disimular vuestra edad.

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