Scrabble

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4.Normas
1. Si uno de los otros jugadores duda de la corrección de la palabra, siempre puede exigir una consulta al diccionario. En realidad, uno de los trucos que suelen utilizarse es "colar" palabras inexistentes como si fueran verdaderas. Si nadie duda y ha sido emplazada la siguiente palabra, sea cierta o no, la anterior queda aceptada por el juego. Si alguien duda, el árbitro será el diccionario; si la palabra está en el diccionario, es aceptada. Por eso, las malas lenguas dicen que el Scrabble ha convertido el diccionario en un best-seller. El jugador que ha inventado una palabra debe recoger sus fichas del tablero y pierde su turno.

2. Está prohibido formar las siguientes palabras: nombres propios o que normalmente empiezan con mayúscula, abreviaciones, palabras escritas coloquialmente o palabras extranjeras que no hayan sido adoptadas por la lengua castellana.

3. Los jugadores sólo tienen tres minutos para formar su palabra.



5.Estrategia
El jugador que comienza tiene ventaja ya que su primera palabra será doblada automáticamente. Sin embargo, dependiendo de la palabra, la ventaja puede pasar rápidamente al oponente. Por eso es mejor no centrar las letras en relación con la estrella sino poner un extremo de la palabra o, como máximo, hacer uso de las casillas-premio que doblan el valor de las letras.

El objetivo es, obviamente, conseguir el máximo número de puntos por cada palabra que queda depositada en el tablero. Nunca hay que jugar con las Letras de una forma irreflexiva; siempre hay que calcular la puntuación de una posible jugada teniendo en cuenta, sobre todo, su ubicación en el tablero.

En el propio raíl nunca hay que distribuir las letras en grupos o aislar alguna de ellas. Deben estar mezcladas y espaciadas uniformemente.

Al emplazar una palabra también hay que tener en cuenta las posibilidades de alargarla y, sobre todo, las casillas-premio a que puede acceder el oponente usando aquella palabra como trampolín.

Siempre hay que mirar primero si se puede añadir una letra a la palabra anterior, ya que ello significa puntuar por toda la palabra. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el contrario buscará lo mismo; por tanto, es mejor no darle oportunidades de hacerlo.

Las fichas blancas (comodines) son un arma muy valiosa. Por eso es mejor guardarlas para el final, a menos que con una de ellas se pueda cerrar una palabra que arroje más de 25 puntos.

Es buena táctica conservar en el raíl un cierto equilibrio entre vocales y consonantes, a razón de tres vocales por cuatro consonantes. De esta manera se mantiene un cierta flexibilidad.

Comenzar la partida con muchas vocales hace fácil ir hacia adelante; sin embargo, más consonantes pueden dificultar el juego del oponente. Si la primera recogida de fichas arroja un exceso de vocales, es mejor deshacerse de algunas aunque implique un turno. Ello es especialmente necesario al principio si uno no puede puntuar más de 10.

Si se tienen dos o tres Letras iguales (por ejemplo, tres S) es preferible jugar dos o más para conseguir el equilibrio.

Jamás hay que colocar vocales cerca de las casillas-premio, ya que es una invitación para que el contrario las aproveche en el próximo turno.

Las letras que puntúan muy alto son buenas para jugar al principio de la partida; sin embargo, al final (ya que son difíciles de colocar) pueden convertirse en un escollo (sobre todo si quedan dos o más en el raíl). También hay que ir con pies de plomo al colocarlas porque resulta muy fácil abrir caminos a la puntuación del enemigo.

El jugador debe emplazar sus fichas en el tablero de una forma racional que beneficie a sus intereses. Así, para colocar una palabra larga de puntuación alta, intentará englobar dos o tres casillas-premio.

Es mejor sacrificar unos pocos puntos si se evita que el oponente puntúe.

Es interesante fijarse en qué letras han salido ya. No tiene sentido estar esperando una M o una N si ya han salido todas a juego. Por eso es bueno saber cuántas fichas se cuentan de cada letra.

Es importante plantearse qué tipo de tablero se desea: ¿un tablero abierto, en el que haya oportunidades para puntuar para todos los jugadores, o un tablero bloqueado, en el que sea difícil acceder a una puntuación elevada?

La primera opción, mantener el tablero abierto, es mejor cuando el jugador deduce que su poder de palabra resulta superior al del contrincante o cuando necesita obtener una puntuación muy alta.

La segunda opción es mejor cuando el jugador está por delante con una buena puntuación (entre 40-60 puntos) o recela del poder de palabra de sus contrincantes. En este caso puede ser valioso perder un turno para cambiar las letras que uno tiene, ya que una renovada combinación puede conducir a puntuaciones más altas.

Al final del juego prácticamente todas las fichas están en el tablero, de manera que el jugador puede intentar adivinar qué fichas mantiene ocultas el otro jugador, y jugar en relación con esa especulación.

Es importante ser el primero en acabar todas las fichas, ya que las que quedan en el raíl puntúan en contra de uno mismo.

Al final, uno debe jugar por lo que tiene y dejarse de esperar mejores combinaciones. Hay que sacar el mayor partido posible a las propias armas. Ello es especialmente cierto cuando las grandes puntuaciones ya están en el tablero y son escasas las opciones de ganar puntos sobre las fichas que el oponente tiene en el raíl.


6.Final
El juego termina cuando todas las letras han sido sacadas de la bolsa. En ese momento, cada jugador debe tirar lo que puede a partir de las fichas que posee. Si un jugador no puede colocar las fichas, pasa, pero no está fuera del juego.

El primer jugador que consiga usar todas sus fichas gana la partida. Sin embargo, el juego acostumbra a terminarse cuando los jugadores tienen una o dos fichas, pero ya no hay combinación posible para hacer más palabras.

Las puntuaciones de los jugadores son sumadas y el valor de cada ficha sin jugar se deduce de la puntuación de cada jugador. Si un jugador ha usado todas sus fichas, su puntuación se incrementa a partir de la suma de las fichas de los otros jugadores.

El jugador con la puntuación más alta gana el juego.

7.Variantes
Scrabble solitario
El jugador toma siete fichas de la bolsa y forma la palabra de la manera usual; después de anotar su puntuación, sigue la dinámica de crear palabras ayudándose de la bolsa. Al final, suma la puntuación y la compara con la obtenida en otras partidas.

Scrabble duplicado
Puede jugar cualquier número de jugadores, cada uno con su propio tablero. Al principio del juego, un árbitro selecciona siete letras de la bolsa. Los jugadores tienen un tiempo límite para formar palabras que les aseguren la puntuación más alta que pueden obtener. Una vez identificada la combinación con mayor puntuación, se coloca sobre el tablero; el árbitro toma más letras de la bolsa, que serán usadas en el próximo movimiento. El juego continúa hasta que todas las fichas han sido usadas. El ganador es quien ha conseguido una puntuación más alta.

Esta variante se fundamenta realmente en el conocimiento de las palabras y carece de los efectos de estrategia y suerte del juego estándar.

Scrabble con comodines iniciales
Para reducir el elemento suerte asociado a las dos fichas blancas que actúan como comodín, se entrega una de estas fichas a cada jugador al principio. En cualquier momento puede añadir esta ficha a su raíl en vez de completarlo con una ficha normal. Una vez en el raíl, la ficha Blanca puede ser jugada de la misma manera que en un juego normal.

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