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7.Sistemas de juego
Algunos jugadores de ruleta que apuestan principalmente a números sueltos se dejan conducir por asociaciones sentimentales o hechos ocasionales, tales como cumpleaños, que pueden expresarse numéricamente. Sin embargo, resulta mucho más satisfactorio -aunque no necesariamente más lógico- jugar de acuerdo con un sistema.
La ruleta es el juego que mejor se presta a la práctica de sistemas, aunque, como es evidente, éstos no garantizan de antemano el éxito; a largo plazo, la banca tiene que ganar en virtud del permanente margen de beneficios que se reserva. Las personas que responden a tentadores anuncios que prometen algún revolucionario sistema de juego que garantiza una ganancia segura, están siendo, por desgracia, engañadas, como indudablemente más tarde comprueban.
En la ruleta, con una considerable diversidad de posibles apuestas y pausas relativamente largas entre jugadas, sobre todo en la modalidad francesa, se dispone de tiempo suficiente para anotar los números a medida que van saliendo e intentar dilucidar una secuencia, con el objeto de predecir el lugar donde la bolita se detendrá en la siguiente jugada. Sin embargo, nunca se debe olvidar que el que un número o color triunfe dos veces seguidas no descarta la posibilidad de que lo haga de nuevo en la siguiente tirada; las probabilidades son exactamente las mismas para cada tirada. Aún asÃ, cuando los números parecen salir a rachas, con frecuencia muchas personas creen haber descubierto la razón de una secuencia y disponer de un mágico presentimiento que les da a conocer el siguiente resultado.
El objetivo de la mayorÃa de los sistemas de apuestas no es tanto el anticipar el siguiente resultado, como el de dotar al juego de una estructura que comporte más posibilidades de éxito en relación a secuencias con cierta frecuencia de aparición. Sobre la misma secuencia de tiradas, dos jugadores que se atengan a un sistema conjunto de apuesta a probabilidades opuestas pueden llegar a obtener un beneficio, siempre que ninguno de ellos acierte una secuencia adversa.
Los sistemas de apuestas no tienen que ser necesariamente complicados para ser efectivos; los que se describen a continuación se dominan fácilmente si se ensayan previamente un poco. Pero, ¡atención!: no elija el primero que le parezca oportuno, para inmediatamente ponerlo en práctica. Es más conveniente ensayarlo primero fuera de la mesa.
Es también esencial determinar el capital necesario para operar en un sistema en particular y optar a una razonable oportunidad de éxito. En cuantas más partes pueda dividir su capital, mejor. Carece de sentido poner en práctica un sistema que acarree la pérdida del capital tras una serie de tres o cuatro resultados adversos. Probar un nuevo sistema en la mesa sin haberlo ensayado puede acabar siendo una manera muy cara de aprender en los errores.
Redoble y antirredoble
Como se ha mencionado en la introducción, el sistema del redoble consiste simplemente en doblar la apuesta después de cada vez que se pierde. Se empieza con una unidad y luego se continúa apostando 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128 y asà sucesivamente hasta el lÃmite que fijen sus posibilidades, o hasta el establecido por la casa. En cada jugada con éxito este sistema produce un beneficio de una unidad. Pero, como se ha dicho, es caro y, de no triunfar, rápidamente ruinoso.
El sistema consistente en apostar a redoble inversamente se denomina antirredoble. Suponga que usted decide sacar partido de una racha de ocho rojos (o negros) en fila, en lugar de -como es usual- ser «barrido» porque resulte desfavorable. En tal caso, deberá apostar primero una unidad y tras cada acierto ir doblando la apuesta, podrá hacerlo simplemente dejando cada vez sus ganancias en la mesa. Si consigue completar una serie de ocho aciertos consecutivos, sus cantidades se habrán ido doblando desde la primera apuesta de una sola unidad hasta conseguir un beneficio de 1 + 2 + 4 + 8 + 16 + 32 + 64 + 128 = 255 unidades. Tras cada fracaso apueste sólo la unidad inicial.
El lado negativo de este sistema consistirá en que el número total de resultados negativos, aunque supongan la pérdida de una unidad cada vez, excederá al de los acertados. Ello se debe a que la probabilidad de ocurrencia de una secuencia de ocho aciertos es 1/286, si sólo participa el cero, y tan sólo 1/395, si también lo hace el doble cero. Por tanto, aunque gracias al antirredoble se pueda imprimir cierto giro a las probabilidades, las inexorables leyes que las rigen no pueden ser modificadas.
El Labouchére
Personalmente, el sistema Labouchére me agrada por lo manejable que es en términos de dinero. Se opera siguiendo un método de cancelación de apuestas. Fundamentado en apuestas a probabilidades iguales, su puesta en práctica no ofrece dificultades.
Tome por ejemplo seis números: 1,2,3,4,5,6 (podrÃan ser igualmente cuatro números, por ejemplo: 1,3,5,7 ó 3,3,3,3) y apueste el valor indicado por la suma del primero más el último, en este caso 1 + 6 = 7. Si gana, añada las ganancias (7) a la serie, con lo que ahora estará formado por. 1,2,3,4, 5,6,7, y de nuevo apueste la suma del primero y último número: 1 + 7 = 8. Usted habrá apostado sus ganancias de la manera más exhaustiva, es decir, añadiéndolas cada vez.
Cuando pierda la opuesta, elimine el primero y el último número de la secuencia 1,2,3,4,5,6, y apueste de nuevo por la suma del primer y último número, que ahora es 2 + 5 = 7. Si el siguiente resultado es también adverso, proceda del mismo modo, 2,3,4,5, y apueste las restantes siete unidades.
Si esta última apuesta fracasa, el proceso finaliza y usted está liquidado. No obstante, la pérdida total no es desastrosa: 1+2+3+4+5+6=21 unidades.
De acertar una buena racha, usted puede sumar ganancias y cubrir las pérdidas por algún tiempo, si se impone de antemano la obligación de clausurar una serie de apuestas tras conseguir determinado beneficio. Tres aciertos consecutivos, por ejemplo, le comportarÃan un beneficio de 24 unidades, y en este punto serÃa conveniente embolsarse las ganancias e iniciar una nueva serie de apuestas utilizando el mismo sistema.
El sistema Labouchére se practica en su forma inversa eliminando el primero y el último número en las apuestas ganadoras y restándolos en las perdedoras. Al eliminar los números en las apuestas ganadoras -procedimiento menos ambicioso que el de jugarse las ganancias- se acaba rápidamente con las series, con lo que cada vez que hay éxito se obtiene un beneficio equivalente a la suma total de los números que componÃan la serie inicial. El peligro reside en que una mala racha obliga a asumir riesgos cada vez más altos.
Tome, por ejemplo, la serie 1,3,5,7. Si triunfa la primera apuesta, de valor 1 + 7 = 8, excluya ambos números, 1,3,5, 7, y apueste con los restantes, 3 + 5 = 8. Si nuevamente gana, la serie se clausura con un beneficio de 16 unidades, que es el que obtiene para todas las series con éxito.
Si pierde la primera apuesta, 1 + 7, debe incluir el valor de la suma en la serie, que ahora estará integrada por 1,3,5,7, 8, y apostar nuevamente por valor de la suma del primero y el último número: 1 + 8 = 9. Si también fracasa ésta, se procede del mismo modo; la serie será 1,3,5,7,8,9 y el valor de la siguiente apuesta 10. Tras una docena de jugadas con sólo tres aciertos, su pérdida serÃa de unas cien unidades y se irÃa incrementando en unas treinta por cada tirada. Por tanto, si usted decide jugar con este sistema, delimite de antemano qué capital puede arriesgar y, si lo pierde, retÃrese. De lo contrario, muy probablemente sólo ampliará sus pérdidas.
El D`Alembert
Otro famoso sistema de apuestas a probabilidades iguales, el «d'Alembert», consiste en agregar a la apuesta una unidad después de cada jugada perdida y restársela después de cada resultado favorable. Cada vez que el valor de su apuesta llegue a cero, usted dispondrá de beneficio, cuya cuantÃa dependerá del número de jugadas que haya abarcado la serie. Sin embargo, este sistema, al igual que el Labouchére a la inversa, conlleva el riesgo de que una sucesión de jugadas perdedoras conduzca a un incremento vertiginoso de la cantidad apostada.
Tomando la serie de resultados P, G, P, G, P, G, G, G, como ejemplo, la secuencia de apuestas se distribuirÃa como sigue:
CuantÃa | Resultado | Total acumulado | |
Primera apuesta Segunda apuesta Tercera apuesta Cuarta apuesta Quinta apuesta Sexta apuesta Séptima apuesta Octava apuesta Novena apuesta Décima apuesta | 2 3 2 3 2 3 2 1 0 | Pierde Pierde Gana Pierde Gana Pierde Gana Gana Gana Empieza de nuevo | -3 0 -2 +1 -1 +2 +4 +5 |