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Entran MACBETH y BANQUO.
MACBETH
Un día tan feo y bello nunca he visto.
BANQUO
¿Cuánto falta para Forres? - ¿Quiénes son estas,
tan resecas y de atuendo tan extraño
que no semejan habitantes de este mundo,
estando en él? - ¿Tenéis vida? ¿Sois algo
a lo que un hombre pueda hablar? Parecéis entenderme
por el modo de poner vuestro dedo calloso
sobre los magros labios. Sin duda sois mujeres,
mas vuestra barba me impide pensar
que lo seáis.
MACBETH
Hablad si sabéis. ¿Quiénes sois?
BRUJA I.a
¡Salud a ti, Macbeth, Barón de Glamis!
BRUJA 2.a
¡Salud a ti, Macbeth, Barón de Cawdor!
BRUJA 3.a
¡Salud a ti, Macbeth, que serás rey!
BANQUO
¿Por qué te sobresaltas, como si temieras
lo que suena tan grato? - En nombre de la verdad,
¿sois una fantasía o sois realmente
lo que parecéis? A mi noble compañero
saludáis por su título y auguráis
un nuevo honor y esperanzas de realeza,
lo que le tiene absorto. A mí no me habláis.
Si podéis penetrar las semillas del tiempo
y decir cuál crecerá y cuál no,
habladme ahora a mí, que ni os suplico favores
ni temo vuestro odio.
BRUJA I.a
¡Salud!
BRuJA 2.a
¡Salud!
BRUJA 3.a
¡Salud!
BRUJA I.a
Menos que Macbeth, pero más grande.
BRUJA 2.a
Menos feliz, y mucho más feliz.
BRUJA 3.a
Engendrarás reyes, mas no lo serás;
así que, ¡salud, Macbeth y Banquo!
BRUJA I.a
¡Banquo y Macbeth, salud!
MACBETH
¡Esperad, imperfectas hablantes, decid más!
Por la muerte de Sinel soy Barón de Glamis,
mas, ¿cómo de Cawdor? El Barón de Cawdor vive
y continúa vigoroso; y ser rey
traspasa el umbral de lo creíble,
tanto como ser Cawdor. Decid de dónde
os ha llegado tan extraña novedad o por qué
cortáis nuestro paso en este yermo
con proféticos saludos. Hablad, os lo ordeno.
Desaparecen las BRUJAS