Peter Pan (J.M. Barrie) Libros Clásicos

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Trató de discutir con Campanilla.
- Tú sabes que no puedes ser mi hada, Campanilla, porque yo soy un caballero y tú eres una dama.
A esto Campanilla replicó de la siguiente manera.
-Cretino.
Y desapareció en el cuarto de baño.
-Es un hada bastante vulgar -explicó Peter disculpándose-, se llama Campanilla porque arregla las cacerolas y las teteras1 . Ahora estaban juntos en el sillón y Wendy siguió importunándolo con preguntas.

1. Campanilla es el nombre adoptado tradicionalmente en español para esta hada, que en inglés se llama Tinker Bell: ‘campana de calderero’

-Si ahora ya no vives en los jardines de Kensington...
-Todavía vivo allí a veces.
-¿Pero dónde vives más ahora?
-Con los niños perdidos.
-¿Quiénes son ésos?
-Son los niños que se caen de sus cochecitos cuando la niñera no está mirando. Si al cabo de siete días nadie los reclama se los envía al País de Nunca Jamás para sufragar gastos. Yo soy su capitán.
-¡Qué divertido debe de ser!
-Sí -dijo el astuto Peter-, pero nos sentimos bastantes solos. Es que no tenemos compañía femenina.
-¿Es que no hay niñas?
-Oh, no, ya sabes, las niñas son demasiado listas para caerse de sus cochecitos.
Esto halagó a Wendy enormemente.
-Creo -dijo-, que tienes una forma encantadora de hablar de las niñas; John nos desprecia.
Como respuesta Peter se levantó y de una patada, de una sola patada, tiró a John de la cama, con mantas y todo. Esto le pareció a Wendy bastante atrevido para un primer encuentro y le dijo con firmeza que en su casa él no era capitán. Sin embargo, John continuaba durmiendo tan plácidamente en el suelo que dejó que se quedara allí.

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