Cómo Dejó el Hotel (Louisa Baldwin) Libros Clásicos

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Cómo Dejó el Hotel

Louisa Baldwin

Acostumbraba trabajar en el ascensor del Hotel Empire, esa gran
construcción en líneas de ladrillos rojos y blancos como panceta rayada,
que se levanta en la esquila de la calle ***. Hice mi servicio militar y
fui descargado con galones de buena conducta; y esta es la forma en que
obtuve el empleo. El hotel era una gran compañía con un comité de
administradores compuesto por oficiales retirados y personas por el
estilo; caballeros con dinero invertido en el consorcio y nada que hacer
más que ponerse nerviosos sobre ello, y mi finado coronel fue uno de
ellos. Fue un hombre de buen carácter que nunca dio un paso cuando su
genio estuviera cruzado, y cuando le pregunté por un empleo, me dijo
"Mole, eres el hombre justo para trabajar en nuestro gran hotel. Los
soldados son civiles y prácticos, y el público los quiere más que a los
marinos. Se nos fue un hombre y tu ocuparás su lugar."
Me gustaba mi trabajo tanto como la paga, y cuidé el puesto por un año, y
aún estaría allí de no mediar una circunstancia. Pero no me anticiparé. La
nuestra era un ascensor hidráulico. Nada de esas desvencijadas cosas que
se mecían como un loro enjaulado en una escalinata, a la que no podría
confiar tranquilo mi cuello. La nuestra andaba tan suave como aceite, que
un niño podía estar ahí y estar tan seguro como en el suelo. En vez de
tenerla repleta de anuncios como un omnibus, teníamos espejos y las damas

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