Riquezas peruanas: colección de artículos descriptivos escritos para La Tribuna (Modesto Basadre y Chocano) Libros Clásicos

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8 ó 10 de ancho, y 2 de profundidad: son de fierro de mejor calidad.
El líquido salitroso depositado en las bateas, se enfría rápidamente,
por la gran extensión de ellas. Primeramente se forman sobre la
superficie, globulillos que, examinados, parecen formados de aceite; estos
se aumentan y forman una tenue costra de salitre ya cristalizado; un
muchacho con una pala de madera, rompe esa cristalización, la que en
trozos cae al fondo de la batea, e inmediatamente comienza, a la vista, la
cristalización general de todo el líquido salitroso, depositándose el
salitre en su estado de pureza, en el fondo. Si el tiempo es muy frío,
esta cristalización se puede verificar en poco más de veinticuatro horas.
Concluida totalmente la cristalización, según el conocimiento del
administrador de las bateas, se abren las llaves de las bateas, para
conducir el agua vieja, que es el líquido sobrante, a determinados
tanques, de donde dicha agua vieja es conducida, por medio de bombas, a
señalados depósitos, en una parte superior de la máquina, para extraer de
estos depósitos el agua vieja necesaria a las nuevas elaboraciones que se
practiquen. El salitre depositado en cada batea, se amontona en el centro
de ella, para que escurra toda el agua vieja que contiene, y después de
seco, se arroja, por medio de palas, [57] al cuadro centro de las bateas,
que se llama cancha, en la cual se extiende para que el sol lo seque bien,
y encostalado sea conducido a los puertos, para su embarque y exportación.
Al hacer correr de los chuyadores el líquido salitroso, ha quedado en

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