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Tirana, pueblo del cual me ocuparé después.
Se asegura que los señores Hart, Hermanos, tratan de conducir las
aguas de la Calera, por medio de cañerías de fierro, al puerto de Iquique,
en virtud de un contrato celebrado antes entre el Gobierno del Perú y el
señor don Federico Torrico, y hoy traspasado a dichos señores Hart. A la
derecha de Cuminalla se hallan muchos canchones abandonados por falta de
humedad; los llaman Challac-poso.
De Cuminalla a Matilla, hay cinco leguas de distancia; el camino pasa
por una pampa llana, en la antigüedad cubierta, de espesos bosques de
algarrobales. Existen muchos medanos en la pampa, formados por las finas
arenas, que los vientos del Sur han arrojado de esas grandes pampas, que
se extienden hasta las orillas del río Loa. Los médanos y arenas cubren
grandes cantidades de leña seca y destrozada.
Matilla es una población pequeña, con una iglesia; es viceparroquia
de Pica, se halla situada sobre la loma derecha de la quebrada o valle de
Quisma. Matilla tiene chacras de alfalfa y maíz; pero lo principal de su
agricultura consiste en sus bien cuidados viñedos.
La uva se produce en parrales, y bien atendidas cepas. Las bodegas se
hallan en gran parte maltratadas por el terremoto del 13 de Agosto de
1868.
Matilla es regada por agua de socavones, y por [180] la de unas
pequeñas vertientes del valle de Quisme.
Al tratar de Pica, describiré los socavones llamados por los
naturales Puquios, palabra en Aimará, que significa vertiente de agua.
De Matilla a Pica hay una legua de distancia, por un camino llano