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especialmente en la construcción llamada Fortaleza. Ésta en su origen
parece haber consistido de tres cuerpos sobrepuestos uno al otro, y en su
costado aún se hallan depositadas grandes piedras, a más o menos altura,
que dan pruebas evidentes de la existencia de esos tres cuerpos de
construcción.
La muralla que rodeaba la base existe en gran parte; y es formada por
pilastras distantes una de otra, como he dicho, de quince pies, y los
intervalos son formados de paredes de piedras muy bien labradas, cuyas
cabezas tienen sus picos sobresalientes para sujetarse en los soquetes de
las otras; parecidas a la madera de pino usada en los pisos y que se
conoce en el comercio con el nombre de machimbrada. Además, las piedras
sobrepuestas tienen unos agujeritos correspondientes a los de las piedras
que forman la muralla inferior, como si hubiera habido la idea de unirlas,
echando cobre o estaño derretido por dichos agujeritos, para de ese modo
formar una sólida muralla.
La portada del cementerio de Tiaguanaco es todo [192] de una sola
piedra o monolita; tiene siete y medio pies de alto, cerca de seis pies de
ancho y pie y medio de grueso; la apertura tiene seis pies de alto y tres
pies de ancho. Al lado interior, esta portada no tiene más adornos que
unas rayas labradas en doble hilera como cenefa; al lado exterior tiene
varios cuadros, tallados en la piedra, con figuras como de cabezas
humanas, en regular estado de conservación. Sobre el ángulo norte del
edificio llamado el Templo, se halla situada la gran portada monolita,