Vikingo espacial (H Beam Piper) Libros Clásicos

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Lo Comentó con Rovard Grauffis.
-Sí. No lo nombres a nadie - dijo el lugarteniente del duque -. Tú y sir Paytrik, y el capitán Harkaman, cogeréis los quinientos mejores. El duque se llevará el resto incorporándolo a su servicio. Algún día de éstos, Omfray de Glaspyth sabrá lo que es en realidad el ataque de un vikingo espacial.
Y el Duke Angus cobraría nuevos tributos de Glaspyth para redimir los gastos de su nueva baronia de Traskon. Algún escritor preatómico, al que Harkaman gustaba de citar, había dicho: «El oro no siempre te conseguirá buenos soldados, pero los buenos soldados siempre conseguirán tu oro».
El Némesis volvió a los astilleros Gorram y se posó en sus curvadas patas de aterrizaje como una araña monstruosa. El Enterprise había llevado la espada Ward y el símbolo atómico; el Némesis llevaría su propia insignia, pero la cabeza de bisonoide, parda y verde, e Traskon, ya no le pertenecía. Eligió un cráneo clavado en una espada vertical y así se puso tal blasón en el navío cuando Harkaman él se lo llevaron para un viaje de crucero de pruebas.
Cuando volvieron a aterrizar en. los astilleros Gorram, doscientas horas después, se enteraron de que un carguero procedente de Morglay había entrado durante su ausencia en Bigglersport, con noticias de Andray Dunnan. Su capitán fue a Wardhaven ante la urgente invitación del Duke Angus y estaba esperándoles en el palacio ducal.
* * *
Se sentaron, una docena en total, en torno a la mesa de los apartamentos privados del duque. El capitán del carguero, un hombre pequeño y preciso con barba grisácea, alternativamente fumaba un cigarrillo y tomaba a sorbos el coñac de una copa.

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