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A bordo, dos voces, desde los altavoces, gritaban:
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¡Navío detectado! - y el tablero del puesto de batalla destellaría bien en rojo. Y Audray Dunnan, en el puesto de mando...
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Nos llama - era la voz de Paul Koreff saliendo del altavoz del pupitre -. Puede dar impulsos «standard» de los Mundos de la Espada. Interrogativo: -¿Qué navíos son ustedes? Informativo: su combinación de pantalla. Petición: por favor, comuníquense.
-Está bien - dijo Harkaman -. Seamos educados y comuniquémonos. ¿Cuál es su combinación de pantalla?
La voz de Koreff la proporcionó y Harkaman marcó. La pantalla de comunicación delante de ellos se encendió de inmediato; Trask se colocó su sillón junto al de Harkaman, las manos apretadas a sus propios brazos. ¿Sería el propio Dunnan y qué expresaría su rostro cuando le viese aparecer en su propia pantalla?
Le costó un instante darse cuenta de que la otra nave no era el "Entreprise" en absoluto. El "Enterprise" era gemelo del "Némesis"; las dos salas de mando eran idénticas. Aquella que aparecería resultaba distinta en su disposición y aparatos. El "Enterprise" era una nave nueva; aquella resultaba vieja y había sufrido las manipulaciones de un capitán y una tripulación anticuada durante años.
Y el hombre que se sentaba frente a él, en la pantalla, no era Andray Dunnan, ni lo había visto jamás. Era un tipo de rostro sombrío, con una vieja cicatriz que le bajaba por una mejilla desde algo más abajo del ´ojo; tenía pelo negro rizado, en la cabeza y una leve columnita rizada de humo se alzaba del cigarro mientras que una taza de café despedía vapores en una taza de plata labrada.