La novia del ahorcado (Charles Dickens) Libros Clásicos

Página 10 de 19

llegaba hasta la mitad de la pierna.
Él mismo trabajó con ellos. Trabajó más tiempo que ellos, y una tarde, al
oscurecer, se quedó trabajando a solas con el hocejo en la mano. Era una tarde
de otoño y la novia llevaba ya cinco semanas muerta.
«Está oscureciendo demasiado para seguir trabajando -se dijo a sí mismo-.
Terminaré por hoy» Detestaba la casa y le horrorizaba entrar en ella Contempló
el porche oscuro, que le aguardaba como si fuera una tumba y comprendió que era
una casa maldita. Cerca del porche, y cerca de donde t estaba, había un árbol
cuyas ramas ondulaban frente al mirador del dormitorio de la novia, donde todo
había sucedido. De pronto el árbol se meció le sobresaltó. Volvió a moverse,
aunque la noche era tranquila. Al levantar la vista y mirar hacia él, vi una
figura entre las ramas.
Era la figura de un hombre joven. Miraba hacia abajo, mientras él levantaba la
vista; las ramas crujieron y se movieron; la figura descendió rápida mente y se
deslizó hasta hallarse frente a él. Era u joven esbelto, aproximadamente de la
edad de la novia, de largos cabellos de color castaño claro.
-¿Qué tipo de ladrón eres tú? -le preguntó cogiendo al joven por el cuello.
El joven, al moverse para quedar libre, le lanzó un golpe con el brazo que le
dio en la cara y la garganta. Se enzarzaron, pero el joven se liberó de él
retrocedió gritando con gran ansiedad y horror:
-¡No me toques! ¡Antes preferiría que me toca el diablo!
Se quedó quieto, con el hocejo en la mano, mirando al joven. Pues la mirada del
joven era como complemento de la última mirada de la novia, y n había esperado
volver a verla de nuevo.
-No soy un ladrón. Pero aunque lo fuera, no cogería una sola moneda de tu
tesoro, aunque con ella pudiera comprarme las Indias. ¡Asesino!
-¿Cómo?
-Hace ya casi cuatro años que me subí ahí por primera vez-dijo el joven
señalando hacia el árbol-. Me subí ahí para verla. La vi. Hablé con ella. Y me
he subido al árbol muchas veces para verla y escucharla. Yo era un muchacho,
escondido entre las ramas, cuando desde ese mirador me dio esto.
Le enseñó una trenza de cabello blondo atada con una cinta de luto.

Página 10 de 19
 

Paginas:


Compartir:



Diccionario: