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.., alguna institución, ¿comprendes? Rella ya había estado en lugares así. El encierro habría significado su muerte. Supongo que al final casi todas las personas que son como ella deben acabar así.
Y cada vez que nos encontrábamos me sonreía. Era como si me hubiera confundido con otra persona, como si creyese que yo era alguien importante... Recuerdo una ocasión en que tuve que esperar media hora a que llegara un transporte. Rella vino hacia mí con sus andares de pato. Estaba borracha.
-Tengo documentos-me aseguró-. Te los enseñaré.
Yo no quería tener nada que ver con ella.
-No los llevo encima -dijo-. Nunca se sabe quién puede estar mirando... Bastardos.
Y el caso es que realmente tenía documentos..., una tarjeta de residencia, un registro de trabajo, ese tipo de cosas. La mitad de esas personas no tenían ninguna clase de documentos porque, para empezar, estaban allí de forma ilegal, y trabajaban en la parte oculta del sistema aceptando los empleos que nadie quiere. Pero Rella era una auténtica ciudadana lunar. Me enseñó sus documentos. Los tenía escondidos dentro de una caja en el cuarto de almacenamiento. Me hizo prometer que si le ocurría algo los destruiría "Si me ocurre algo" eso es lo que dijo... Otras veces me hacía prometer que los conservaría para que me sirvieran de recordatorio y que rezaría por ella, aunque nunca parecía tener muy claro a quién debía dirigir esas oraciones. Rella tenía mucho tiempo libre para la religión, las profecías y el buscar su estrella y tenía mucha fe en todas esas cosas. Nunca estuve muy segura de si las entendía, claro...
-No he encontrado el sitio que me corresponde -solía decir.
Quería decir que estaba perdida, que flotaba a la deriva en la sociedad, ¿comprendes?
COMO LOS DATOS EXTRAVIADOS DENTRO DE UN FICHERO.
Sí, Rella estaba realmente extraviada, no cabe duda... Pero se refería a una escala más amplia, una escala cósmica. Todos estábamos perdidos, pero algún día nos salvaríamos. Algún día todos empezaríamos a flotar por los aires y subiríamos hasta acabar llegando al sol...
-Todo el mundo estará allí -decía-. Tú estarás allí. Eres de los nuestros. No lo sabes, pero lo eres.
- Pero otras veces decía que yo no podía entenderlo y me lanzaba la misma mirada de la primera vez, medio cautelosa y medio desafiante, como si tuviera un secreto que debía mantenerme oculto.