La dama y el duende (Pedro Calderón de la Barca) Libros Clásicos

Página 38 de 62

el retrato, pues puedo
pasar con más espacio y menos miedo.
Tenme tú prevenida
una luz, y en que pueda ir escondida,
porque no ha de tener contra mi fama
quien me escribe, retrato de otra dama.

Vanse


BEATRIZ: No creo que te debo
tantas finezas.
JUAN: Los quilates pruebo
en su fe, porque es mucha,
en un discurso.
BEATRIZ: Dile.
JUAN: Atiende, escucha.

Bella Beatriz, mi fe es tan verdadera,
mi amor tan firme, mi afición tan rara,
que, aunque yo no quererte deseara,
contra mi mismo afecto te quisiera.
Estímate mi vida de manera
que, a poder olvidarte, te olvidara
porque después por elección te amara.
Fuera gusto mi amor y no ley fuera.
Quien quiere a una mujer, porque no puede
olvidalla, no obliga con querella
pues nada el albedrío la concede.
Yo no puede olvidarte, Beatriz bella,
y siento el ver que tan ufana quede
con la victoria de tu amor mi estrella.

BEATRIZ: Si la elección se debe al albedrío,
y la fuerza al impulso de una estrella,
voluntad más segura será aquélla
que no viva sujeta a un desvarío.
Y así de tus finezas desconfío,
pues mi fe, que imposible atropella,
si viera a mi albedrío andar sin ella,
negara, ¡vive el cielo!, que era mío.
Pues aquel breve instante que gastara
en olvidar para volver a amarte
sintiera que mi afecto me faltara.
Y huélgome de ver que no soy parte
para olvidarte, pues que no te amara
el rato que tratara de olvidarte.

Vanse y sale don MANUEL tras COSME que viene
huyendo


MANUEL: ¡Vive Dios! Si no mirara...
COSME: Por eso miras.
MANUEL: ...que fuera
infamia mía, que hiciera
un desatino.
COSME: Repara
en que te he servido bien,

Página 38 de 62
 

Paginas:
Grupo de Paginas:       

Compartir:




Diccionario: