Página 30 de 59
mas, si lo soy hablando de este modo,
has de decirlo, vive Dios, por todo.
--¡Hola, dejadnos solos, y esa puerta
se cierre, y no entre nadie!
Vase CLARÍN
ROSAURA: (Yo soy muerta). Aparte
Advierte...
SEGISMUNDO: Soy tirano,
y ya pretendes reducirme en vano.
CLOTALDO: (¡Oh, qué lance tan fuerte! Aparte
Saldré a estorbarlo, aunque me dé la muerte).
Señor, atiende, mira.
SEGISMUNDO: Segunda vez me has provocado a ira,
viejo caduco y loco.
¿Mi enojo y rigor tienes en poco?
¿Cómo hasta aquí has llegado?
CLOTALDO: De los acentos de esta voz llamado
a decirte que seas
más apacible, si reinar deseas;
y no, por verte ya de todos dueño,
seas crüel, porque quizá es un sueño.
SEGISMUNDO: A rabia me provocas,
cuando la luz del desengaño tocas.
Veré, dándote muerte,
si es sueño o si es verdad.
Al ir a sacar la daga, se la tiene CLOTALDO y se arrodilla
CLOTALDO: Yo de esta suerte
librar mi vida espero.
SEGISMUNDO: Quita la osada mano del acero.
CLARÍN: Hasta que gente venga,
que tu rigor y cólera detenga,
no he de soltarte.
ROSAURA: ¡Ay cielos!
SEGISMUNDO: ¡Suelta, digo!
Caduco, loco, bárbaro, enemigo,
o será de esta suerte:
Luchan
el darte agora entre mis brazos muerte.
ROSAURA: Acudid todos presto,
que matan a Clotaldo.
Vase ROSAURA. Sale ASTOLFO a tiempo que cae CLOTALDO a sus pies,
y
él se pone en medio
ASTOLFO: ¿Pues, qué es esto,
príncipe generoso?
¿Así se mancha acero tan brïoso
en una sangre helada?
Vuelva a la vaina tu lucida espada.
SEGISMUNDO: En viéndola teñida
en esa infame sangre.
ASTOLFO: Ya su vida
tomó a mis pies sagrado;
y de algo ha servirme haber llegado.
SEGISMUNDO: Sírvate de morir, pues de esta suerte