Las amistades peligrosas (Choderlos de Laclos) Libros Clásicos

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Su propia honradez vende a usted mi bella amiga, en la seguridad que le inspira. Piense que la juzgarán por una parte gentes frívolas que no creerán una virtud que no hallan en sí mismas y por otra malvados que afectarán no creerla para castigar a usted el haberla ejercido.
Considere que está haciendo en este momento lo que algunos hombres no osarían. En efecto, entre los jóvenes de quienes Valmont se ha hecho en demasía el oráculo, veo que los más cuerdos temen parecer íntimamente unidos con él, ¡y usted no le teme! ¡Ah! corríjase usted, corríjase. Yo se lo suplico. Si mis razones no bastan para persuadirla, ceda a mi amistad; ella me hace reiterar mis instancias y ella debe justificarlas. Usted la encuentra severa y yo deseo que sea inútil; pero quiero más que se queje usted de su demasiado celo que de su negligencia.
En..., a 24 de agosto de 17...

CARTA XXXIII
LA MARQUESA DE MERTEUIL AL VIZCONDE DE VALMONT
Supuesto que teme usted lograr su fin, mi querido vizconde, supuesto que sólo quiere prestar armas contra sí mismo, y que desea menos vencer que combatir, nada tengo ya que decirle. La conducta de usted es un modelo de prudencia. Lo sería de necedad en la suposición contraria; y hablándole con franqueza, temo quese hace ilusión.
Lo que yo le reprocho no es el no haberse aprovechado del momento. Por una parte no veo con claridad a qué hubiese llegado; y por otra, sé muy bien, dígase lo que se quiera, que una ocasión malograda vuelve a encontrarse, mientras que un paso precipitado no tiene remedio.
Yo lo desafío ahora a que adivine hasta dónde puede esto conducirle. ¿Espera por ventura probar a esa mujer que debe entregarse? Me parece que eso debe ser en efecto una demostración de sensibilidad; y que para ser así, se trata de enternecer y no de razonar; pero ¿de qué serviría el enternecer con cartas, pues no se halla usted allí para aprovecharse? Aun cuando sus bellas frases produjesen el delirio del amor, ¿se lisonjea usted de que duraría bastante tiempo para evitar que la reflexión impidiese la declaración?
Piense en el que se necesita para escribir una carta, en el que pasa antes de ser entregada; este modo de conducirse puede salir bien con los niños, que cuando escriben amo a usted, no saben que dicen me rindo.

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