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Sabido es que este juego tan común consiste en vendar los ojos a uno con un pañuelo, y que de este modo persiga, coja y adivine a los demás que corren en todas direcciones inmediatos a él.
Cuando no adivina, se dan tres palmadas para advertirle de que se ha equivocado, asà como cuando se acerca a algún objeto que pueda hacerle daño, se le grita fuego para que se aparte, y que en fin la persona cogida o adivinada tiene que ser a su vez gallina ciega.
De este juego se han derivado los 2 siguientes:
La Gallina ciega quieta
Antes de cubrir los ojos al que hace de gallina ciega, cada uno está obligado á tomar sitio fijo, que no debe abandonar. El que ha de vendarse se hace primeramente cargó de en donde se encuentra cada uno; después se lo venda, y cogiéndole uno por la mano, le, obliga a dar algunos pasos y cinco-seis vueltas para desorientarle, dejándole luego en libertad de ir á tientas para buscar a alguno.
Los jugadores tienen facultad de abajarse, sentarse en el suelo, e imaginar diferentes actitudes para mudar su talle como por ejemplo, levantar los hombros como si fuese corcovados, pero siempre teniendo un pie ó mano en el sitio que cada uno ha elegido. A veces suelen los jugadores ponerse los chales ó sombreros de las señoras para engañar al paciente.
En ocasiones, según se haya convenido, se pueden mudar los sitios una ó dos veces, lo que dificulta mucho al ciego el poder encontrar un sucesor.
La Gallina ciega con varita
Todas las personas que componen la sociedad se forman en cÃrculo dándose las manos, colocándose la persona vendada en el centro y teniendo una varita o caña. Los jugadores saltan y giran alrededor al sonido de alguna voz o instrumento, o cantando dos juntos, que es más divertido. Hecha una pausa, el paciente extiende su vara á la ventura. La persona a quien toca con ella tiene que cogerla por la otra punta; y entonces el vendado conociendo que ha cogido la varita, da tres gritos que debe repetir la otra persona sin que se le prohÃba el contrahacer la voz, si quiere.
Si no obstante esta precaución la conoce y la nombra, debe ocupar el sitio de éste vendándose; pero si se engaña, suelta el extremo dé la varita vuelve a seguir el juego. La gallina ciega con prendas se juega conviniendo en que pague prenda cada persona de las que adivine la gallina ciega.