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Se colocan dos frente a frente sobre un banco estrecho, o un madero o valla, siendo más propio para las niñas el madero o banco. Los luchadores tienen el brazo tendido y la mano abierta, procurando cada uno hacer perder el equilibrio a su contrario sacudiéndole con la palma o el carpo de la mano, y precisarle a saltar. El vencido paga una prenda y cede su sitio a otro jugador, aunque se suele perdonar la primera suerte. Para que los manotones que se dan los luchadores mutuamente no derriben a alguno hacia atrás, ocasionando una caída peligrosa, es condición el no sacudir ni empujar de frente aun con el puño abierto, debiendo dirigirse los golpes desde la derecha o izquierda ; quedando condenado a bajar de su sitio el que contraviniese a esto o sacudiese a puño cerrado, o se valiese de los pies para armar zancadilla o su contrario.Los demás niños mirones suelen sentenciar,condenando sin remisión al delincuente.