Hojas de encina caladas Reglamentos: Juegos de Sociedad

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Se ha notado que los juegos que exigen destreza y cierta aplicación, divierten más a los niños. He visto en una casa de educación a varias niñas sumamente bulliciosas y vivarachas, olvidadas de la gallina ciega y de otros juegos tan del gusto de aquella edad, por entregarse al que voy a describir, y es el de las hojas de encina caladas. Se eligen las hojas más anchas y sanas, es decir, que no estén picadas de insectos: se ponen a remojar en agua clara por espacio de veinte y cuatro horas, teniendo ya prevenidos en pergamino los objetos que deberán representar, dibujándolos y recortándolos en él, como flores, cifras, etc. Se sacan las hojas del agua en que se habrán ablandado lo bastante, se enjugan, y se aplican encima de ellas en el sitio conveniente las cortaduras, dadas con un poco de engrudo de harina, clara de huevo o almidón: se deja secar, y después se toma un cepillo duro, y se frota la hoja. Toda la parte del color contenida en el tejido de la hoja y ya desprendida por el agua, la acaba de levantar el cepillo; de manera, que la hoja no presenta ya sino un tejido claro fino, bastante parecido al encaje. Como el pergamino pegado preserva a la parte que cubre de la acción del cepillo, la hoja queda espesa en la parte cubierta, y cuando se despegan las cortaduras, queda el dibujo como bordado sobre un fondo calado.

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