Página 1 de 51
EL DILEMA DE HAMLETEL
José Carlos Canalda
I
1.- Un robot no puede dañar a un ser humano ni, por inacción, permitir que éste
sea dañado.
2.- Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos excepto
cuando estas órdenes entren en conflicto con la Primera Ley.
3.- Un robot debe proteger su propia existencia hasta donde esta protección no
entre en conflicto con la Primera o la Segunda Leyes.
- Supongo que convendrán conmigo en que el percance ocurrido es grave...
Tremendamente grave.
Las palabras del inspector gubernamental cayeron como un jarro de agua fría
entre los presentes. De sobra sabían que el desgraciado accidente ocurrido tres
días atrás forzosamente habría de acarrear consecuencia negativas para U.S.
Robots y para ellos mismos, pero al fin y al cabo de la reacción del gobierno
dependería poder seguir adelante o no con el Proyecto Hamlet... A priori cabría
esperar que ésta fuera mala o peor, pero desgraciadamente el hombre que tenían
frente a ellos se había decantado claramente por esta última. Así pues, densos
nubarrones se cernían ominosamente sobre uno de los proyectos más importantes de
la historia de la poderosa compañía.
- Pero si todo se debió a un desgraciado accidente... - balbuceó con voz apagada
Antonio Jiménez, responsable máximo del proyecto - No se puede enjuiciar a todo
un trabajo de años tan sólo por un acontecimiento puntual.
- Eso es precisamente lo que deseo investigar. - respondió su hierático
interlocutor - Cierto es que no podemos culpar a una fábrica de automóviles de