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B., en su condición espiritual, intentaba siempre tirar abajo el papel. Ni el
posadero ni Ikey pudieron sugerir el motivo de que hiciera esa tontería.
No hice ningún otro descubrimiento salvo que la casa tenía un desván inmenso y
de distribución irregular. Estaba moderadamente bien amueblada: aunque con
escasez. Algunos de los muebles, una tercera parte, eran tan viejos como la
casa; lo demás pertenecía a diversos períodos del último medio siglo. Para
negociar sobre la casa me enviaron a un comerciante de trigo del mercado de la
ciudad. Fui ese mismo día y la alquilé por seis meses.
A mediados de octubre me mudé allí con mi hermana soltera (me puedo permitir
decir que tiene treinta y ocho años, pues es muy hermosa, sensata y
emprendedora). Llevamos con nosotros a un mozo de caballos sordo, mi sabueso
Turk, dos sirvientas y a una joven a la que le llamaban Chica Extraña. Tengo
razones para citar a la última de la lista, miembro de las Huérfanas de la Unión
de San Lorenzo, pues resultó un error fatal y un compromiso desastroso.
El año estaba muriendo pronto, las hojas caían rápidamente, y fue un día frío
cuando tomamos posesión de la casa, cuya tristeza resultaba de lo más
deprimente. La cocinera (una mujer amable, pero de débil capacidad intelectual)
rompió a llorar al contemplar la cocina y pidió que su reloj de plata se le
entregara a su hermana (Tuppintock´s Gardens, Ligg´s Walk, Clapham Rise) en el
caso de que le sucediera algo por la humedad. La doncella, Streaker, fingió
alegría, pero era la mayor mártir de todas. La Chica Extraña, que nunca había
estado en el campo, fue la única que quedó complacida y tomó las disposiciones
necesarias para sembrar una bellota en el jardín, detrás de un roble, cerca de
la ventana del fregadero.
Antes de oscurecer habíamos pasado por todas las desgracias naturales (en
oposición a las sobrenaturales), lógicas de nuestro estado. Informes
desesperanzadores subían (como el humo) desde el sótano porque no había
rodillos, tampoco salamandra (lo que no me sorprendió porque no sé lo que es),
no había nada en la casa, y lo que había estaba roto, pues sus últimos
habitantes debieron vivir como cerdos... ¿cuál sería el significado de lo que