Una mujer sin importancia (Oscar Wilde) Libros Clásicos

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LORD ILLINGWORTH.-Estar en ella es sólo un aburrimiento. Pero estar fuera de ella es una tragedia. La sociedad es una cosa necesaria. Ningún hombre tiene un verdadero éxito en este mundo, a menos que cuente con la ayuda de una mujer, y las mujeres gobiernan la sociedad. Si no tiene usted una mujer a su lado, está perdido. Más le valdría entonces hacerse abogado, agente de bolsa o periodista.
GERALD.-Es muy dificil entender a las mujeres, ¿verdad?
LORD ILLINGWORTH.-No intente nunca entenderlas. Las mujeres son cuadros. Los hombres son problemas. Si desea saber lo que una mujer quiere decir realmente, lo cual es siempre peligroso, mírela y no la escuche.
GERALD.-Pero las mujeres son terriblemente inteligentes, ¿no?
LORD ILLINGWORTH.-Siempre está bien decirles eso. Pero para el filósofo, mi querido Gerald, la mujer representa el triunfo de la materia sobre el espíritu, así como el hombre representa el triunfo del espíritu sobre la moral.
GERALD.-Entonces, ¿cómo pueden tener las mujeres tanto poder como usted dice?
LORD ILLINGWORTH.-La historia de la mujer es la historia de la peor forma de tiranía que el mundo ha conocido. La tiranía del débil sobre el fuerte. Es la única tiranía que perdura.
GERALD.-Pero ¿no poseen una influencia refinadora?
LORD ILLINGWORTH.-Lo único que refina es la inteligencia.
GERALD.-Sin embargo, hay muchas clases diferentes de mujeres, ¿verdad?
LORD ILLINGWORTH.-En sociedad sólo dos clases: las feas y las que no se pintan.
GERALD.-Pero hay mujeres buenas en sociedad, ¿no?
LORD ILLINGWORTH.-Demasiadas.
GERALD.-Pero ¿cree usted que las mujeres no deberían ser buenas?
LORD ILLINGWORTH.-Nunca debe decírseles eso, porque todas se harían buenas. Las mujeres son un sexo fascinadoramente terco. Toda mujer es rebelde y corrientemente se revela salvajemente contra ella misma.
GERALD.-¿No se ha casado usted nunca, Lord Illingworth?
LORD ILLINGWORTH.-Los hombres se casan porque están cansados; las mujeres, por curiosidad. Ambos se llevan una desilusión.
GERALD.-Pero ¿no cree que uno puede ser feliz cuando está casado?
LORD ILLINGWORTH.-Perfectamente feliz. Pero la felicidad de un hombre casado depende de las mujeres con las que no se ha casado, querido Gerald.
GERALD.-Pero ¿si uno está enamorado?
LORD ILLINGWORTH. Uno siempre está enamorado. Ésa es la razón por la que nunca debe casarse.
GERALD.-El amor es algo maravilloso, ¿no?
LORD ILLINGWORTH.-Cuando uno está enamorado, empieza por engañarse a sí mismo. Y termina engañando a los demás. Eso es lo que el mundo llama un romance. Pero una verdadera «grande passion» es muy rara hoy día.

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