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y á quienes el sitio de la suprema administracion reune en un mismo lugar.
Los gefes abrumados de negocios, no vén nada por sí mismos; y los
subalternos gobiernan el estado. En fin las medidas que se han de tomar
para sostener la autoridad general, á la cual tantos empleados lejanos
quieren sustraerse ó engañar, absorben todos los cuidados públicos; no se
toman las convenientes á la felicidad del pueblo, y apenas se pueden tomar
las necesarias para su defensa en caso de necesidad, y asi es como un
cuerpo demasiado grande por su constitucion se desploma y perece oprimido
por su propio peso.
Por otra parte, el estado debe darse cierta base para tener solidez,
para resistir á los sacudimientos que no dejará de esperimentar, y á los
esfuerzos que se verá precisado á hacer para sostenerse; pues todos los
pueblos tienen una especie de fuerza centrífuga, por medio de la cual
obran continuamente los unos contra los otros, y tienden á engrandecerse á
espensas de sus vecinos, como los torbellinos de Descartes. Asi es que los
débiles están espuestos [63] á ser arrastrados muy pronto; y ninguno puede
conservarse sino poniéndose con todos en una especie de equilibrio, que
haga la compresion casi igual en todas partes.
De aqui se infiere que hay razones para estenderse y razones para
reducirse; y que para lo que un político necesita mayor talento es para
saber encontrar entre las unas y las otras la proporcion mas ventajosa á
la conservacion del estado. Puede decirse generalmente que las primeras,
siendo solo esteriores y relativas, deben estar subordinadas á las otras,
que son internas y absolutas. Lo que debe buscarse en primer lugar es una
constitucion robusta y fuerte, y mas se puede contar con el vigor que nace
de un buen gobierno, que con los recursos que ofrece un vasto territorio.
Por lo demas, ha habido estados constituidos de tal modo, que la
necesidad de hacer conquistas entraba en su misma constitucion, y que para