Página 27 de 207
Et vós, señor conde Lucanor, si queredes fazer muy grand vuestro daño por aver dineros et darlos do se deven escusar, dígovos que lo podiedes fazer por vuestra voluntad, mas nunca lo faredes por el mi consejo.
Al conde plogo de aquello que Patronio dixo, et guardóse ende dallí adelante, et fallóse ende bien.
Et porque entendió don Johan que este exiemplo era bueno, mandólo escrivir en este libro et fizo estos viessos que dizen assí.
Si non sabedes qué devedes dar, a grand daño se vos podría tornar.
Et la istoria deste exiemplo es ésta que se sigue:
Exemplo IX
De lo que contesçió a los dos cavallos con el leó
Un día fablava el conde Lucanor con Patronio, su consegero, en esta guisa:
-Patronio, grand tiempo ha que yo he un enemigo de que me vino mucho mal, et esso mismo ha él de mí, en guisa que, por las obras et por las voluntades, estamos muy mal en uno. Et agora acaesçió assí: que otro omne muy más poderoso que nos entramos va començando algunas cosas de que cada uno de nos reçela quel’ puede venir muy grand daño. Et agora aquel mío enemigo envióme dezir que nos aviniéssemos en uno, para nos defender daquel otro que quiere ser contra nos; ca si amos fuéremos ayuntados, es çierto que nos podremos defender; et si el uno de nos se desvaría del otro, es çierto que cualquier de nos que quiere estroir aquel de que nos reçelamos, que lo puede fazer ligeramente. Et de que el uno de nos fuere estroído, cualquier de nos que fincare sería muy ligero de estroir. Et yo agora estó en muy grand duda de este fecho: ca de una parte me temo mucho que aquel mi enemigo me querría engañar, et si él una vez en su po-der me toviesse, non sería yo bien seguro de la vida; et si grant amor pusiéremos en uno, non se puede escusar de fiar yo en él, et él en mí. Et esto me faze estar en grand reçelo.