Reconquistar Plenty (Colin Greenland) Libros Clásicos

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Todos los objetos que contenía parecían haber sido abandonados o estar de paso. No había ninguna personalidad residente allí
que sirviera para mantenerlos juntos y crear un conjunto coherente.
-No. No, ya te la presentaré... Estoy seguro de que te caerá muy bien.
-¿Vive en Titán?
-¿En Titán? No.
-Oh, vive en Plenty.
-Bueno..., no, no es que viva exactamente en Plenty dijo él-. Plenty es...,
es algo así como su base de operaciones.
Había momentos en que podía ser condenadamente evasivo. Tabitha supuso que toda aquella extraña cautela protectora de la intimidad debía ser uno de los efectos de la fama o de haber sido famoso. Aunque, pensándolo bien, ella no era famosa y también intentaba proteger su intimidad... Plenty estaba muy cerca y llevarle allí no sería ningún problema. Incluso podía resultar divertido. No estaba muy segura de que pudiera soportar la presencia de Marco y un grupo de personas desconocidas durante todo el trayecto hasta Titán. Las profundidades del hiperespacio no son un lugar donde puedas escapar fácilmente a tus compañeros.
Decidió olvidarlo por el momento, y pensó que quizá pudiera renegociar el acuerdo cuando llegaran a Plenty y hubiera conseguido el cristalde eje.
Se puso en pie, fue hacia el teléfono y lo activó.
-¿A quién llamas? -preguntó Marco.
-A la policía -dijo ella-. Tenemos que pagar los doscientos cincuenta y
ponernos en camino.
-Oh dijo Marco.
No parecía muy entusiasmado.
Tabitha se quedó inmóvil con el auricular en la mano.
-¿Te parece bien?
-Claro -dijo él-. Claro, claro...
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¿MODALIDAD? VOX
¿FECHA ESPACIAL? 07.07.52
ADELANTE
Alice, ¿te he hablado alguna vez de Rella?
NO, CAPITANA, NO QUE YO RECUERDE
Era una persona que tuvo bastante importancia en mi vida.
Supongo que debía tener unos cincuenta años. Medía más o menos mi estatura, pero era sólida...., corpulenta, ¿entiendes? Tenía unos dientes horrendos llenos de empastes negros, y una cabellera muy larga que parecía un montón de colas de ratas y que siempre daba la impresión de que le habían acabado de hacer la permanente. Llevaba montones de anillos en las dos manos y siempre vestía un mono mugriento. Rella solía decir que si llevabas puesto un mono nadie se fijaba en ti.

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